Sin embargo, un reducido grupo de no más de una quincena de
especialistas (entre mecánicos y electricistas) del Ministerio
cubano de la Sideromecánica (SIME) se afana día a día desde el 2007
en cambiar esa imagen y devolver el valor de uso a cargadores
frontales, retroexcavadoras, pipas, cilindros, buldózeres, grúas y
una amplia gama de camiones. Es una importante contribución al
presente y futuro de este devastado país, para el despegue de su
reconstrucción.
El programa contempla la asistencia técnica, la reparación,
mantenimiento y recuperación de costosos equipos, que llevan varios
años deteriorándose a la intemperie, explica a Granma el
ingeniero José Arañaburo García, representante por nuestro país en
la Comisión Tripartita Cuba-Haití-Venezuela.
Por su parte, el ingeniero Igor Esteban Alfonso Pérez, jefe del
proyecto SIME-Haití, manifiesta que esta colaboración abarca
igualmente la reconstrucción y reparación de ómnibus de pasajeros y
escolares, tractores e implementos agrícolas. E incluye, además, la
capacitación de personal haitiano.
Nuestro interlocutor refiere, por ejemplo, el rescate de un
cargador frontal sobre estera de origen alemán muy utilizado aquí en
la construcción de carreteras y escombreo de derrumbes.
Según algunos especialistas locales el potente sismo de enero del
2010 generó entre 15 y 20 millones de metros cúbicos de escombros,
una parte importante de ellos todavía visible en las maltrechas
arterias de Puerto Príncipe, junto a edificaciones dañadas por
demoler, mientras en este país escasean los equipos pesados.
"Este cargador frontal tenía un grado de deterioro muy avanzado.
Nosotros en alrededor de 20 días pudimos recuperarlo con las piezas
de repuesto que nos llegaron. Pronto lo despacharemos para alguna
obra constructiva", destaca el ingeniero Igor.
Comenta que resultó todo un reto la recuperación de una
excavadora frontal con capacidad para recoger en su pala siete
metros cúbicos de material, "la mayor de su tipo en Haití y una de
las de más envergadura en el Caribe", afirma.
No menos esfuerzo tomó la reparación de varios camiones de 35
toneladas de capacidad, valorados cada uno en unos 400 000 dólares,
que ya se emplean en la reconstrucción capital de la carretera
nacional Les Cayes-Camp Perrin (departamento Sur) -Jérémie (en la
Grand’Anse), que se ejecuta sobre empinadas montañas y profundos
barrancos de esa empobrecida región haitiana de muy difícil acceso.
"Este esfuerzo de los especialistas cubanos es invalorable. Sin
la ayuda de Cuba esos equipos no se hubieran podido reparar, pues
nadie ofreció antes este tipo de ayuda, señala el haitiano Flambert
Guy Marc, jefe de taller de la CNE.
"Yo soy mecánico y sé lo que significa para mi país la
cooperación de Cuba en este campo, son millones de dólares los que
están recuperando. Quiero darle las gracias sinceramente al pueblo
cubano y a sus dirigentes y deseo que continúen ayudándonos",
enfatiza.
A su lado, su compatriota Thiogene Duckenson, quien lleva de
traductor tres años con los cubanos, cita el proverbio en creole:
ingra pagen me mwa (solo el ingrato no tiene memoria) para
destacar que cuando "el pueblo cubano dice que te va a ayudar lo
hace de verdad, de buena fe y de corazón, y sin ningún tipo de
interés".
Nuestros especialistas han recuperado hasta el presente 43
camiones de diferentes modelos, fundamentalmente de las marcas Volvo
e Isuzu, 14 equipos de construcción, entre cargadores frontales,
buldózer y excavadoras, 50 ómnibus urbanos y escolares, así como 60
tractores y más de 30 implementos agrícolas.