KABUL. — Un total de 13 civiles afganos murieron en un bombardeo
de la OTAN en la oriental provincia de Khost, confirmó este jueves
una autoridad de esa región limítrofe con Pakistán.
Según la Policía de ese territorio, entre las víctimas del ataque
aéreo se encontraban ocho mujeres y cuatro niños.
La ocupante Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF),
subordinada a la OTAN, admitió su culpabilidad y explicó que la
operación buscaba la eliminación de varios rebeldes localizados en
esa zona.
De manera paralela, la ISAF informó de la apertura de una
investigación sobre una reciente incursión suya en la
centro-oriental provincia de Ghazni, en la cual murió un presunto
insurgente.
Medios de comunicación reportaron las protestas de centenares de
residentes en el área contra esas acciones, causantes de fricciones
entre el gobierno afgano y la alianza noratlántica.
Por otra parte, Afganistán y Pakistán acordaron la creación de
una comisión militar conjunta para enfrentar las operaciones
rebeldes en la frontera entre ambos países.
Entretanto, las tropas canadienses anunciaron el final de sus
acciones combativas y el inicio de su retirada del país
centroasiático.
De acuerdo con la jefatura de esas fuerzas, el destacamento de
Canadá empezó el traspaso del mando operativo en varios distritos de
la sureña provincia de Kandahar, una de las más convulsas de la
nación.
La misma fuente explicó que los militares canadienses pasarán a
labores de instrucción a las tropas afganas.
Cerca de 160 soldados canadienses perdieron la vida en Afganistán
desde el comienzo de la ocupación extranjera, en 2001, según el
sitio web icasualties.