El Ejército pakistaní continuó por tercer día consecutivo una
ofensiva contra baluartes del Talibán activos en el Kurram central,
una región tribal del noroeste del país que se adentra en el vecino
Afganistán.
Según fuentes militares, el territorio sirve de refugio a
importantes jefes insurgentes, entre ellos los de la red Haqqani,
presumiblemente aliada con los milicianos locales para atacar desde
ese enclave a las fuerzas de la OTAN destacadas al otro lado de la
frontera.
Analistas de la compleja situación en esa zona, empero, estiman
que Pakistán desestimará el pedido de Estados Unidos de combatir a
la red Haqqani con la que Islamabad tiene vínculos históricos y
concentrará el fuego sobre los milicianos de las comunidades
tribales hostiles al gobierno e identificadas con los ideales del
separatismo.
El general Athar Abbas, vocero del ejército pakistaní, indicó que
la operación militar tiene por objeto despejar la carretera
principal que conduce a Peshawar, la ciudad más importante del
noroeste, bloqueada por musulmanes sunitas, y despejar el área de
elementos involucrados en acciones terroristas.
Los militares emplean tropas terrestres y helitransportadas para
batir esas áreas sin sufrir bajas hasta el momento. Tampoco hay
reporte alguno sobre muertos o heridos de parte de los insurgentes o
de la población civil.
En prevención, unas 400 familias asentadas en el Kurram central
abandonaron la zona y buscaron refugio en un campamento administrado
por el gobierno en el Bajo Kurram o prefirieron mudarse con
familiares residentes en áreas más distantes de las acciones
bélicas, señaló Prensa Latina.