En una visita a la entidad, Granma pudo contabilizar medio
millón de bloques, 7 000 metros de mosaicos y 300 toneladas de
cemento cola, equivalente a lo producido en dos meses y medio de
trabajo, según su director, Eloy Pi Rodríguez.
Además de ser un problema económico para el centro pues 500 000
bloques representan, aproximadamente, 421 600 pesos de su plan de
ventas, esta situación origina contratiempos en las maniobras de
carga y descarga e incrementa las posibilidades de deterioro y robo
de los insumos que invaden las áreas no preparadas para su
almacenamiento.
Mientras mayor es la acumulación más se incrementa la posibilidad
de que surjan imprevistos que afecten la producción, ratificó el
directivo, quien mostró que ya se habían deteriorado dos toneladas
de cemento cola; una pérdida que, aun cuando parezca mínima en
correspondencia con los volúmenes totales, tiene que ser asumida por
la UEB a pesar de que no es la máxima responsable del detrimento.
No se habla de una superproducción de materiales sino del
cumplimiento de un plan, aprobado por el Ministerio de Economía y
Planificación, tras un estudio sobre las demandas de los organismos,
la disponibilidad de recursos, el presupuesto del país y de cada
entidad, entre otras condiciones.
Es cierto que en los tres primeros meses del año —como indicó
Humberto Orta, director comercial de la Empresa de Hormigón y
Terrazo (HORTER), a la cual pertenece la UEB Raúl Salgado—, las
industrias aprovechan la escasez de lluvias para intentar aumentar
su ritmo productivo, previendo que estas puedan ralentizarse en los
periodos lluviosos; pero eso no justifica la afectación; es
necesario agilizar el sistema de recogida.
Al parecer, la actual dinámica del país —en la que la
planificación, la organización y el control son fundamentales—
arrastra a algunos sectores que por problemas de funcionamiento y de
dirección se ven limitados y no cumplen con sus compromisos.
El programa estatal de la vivienda y la mayoría de los Organismos
de la Administración Central del Estado (OACE) son los responsables
de gran parte de la producción estancada de bloques y cemento cola;
por su parte, el Ministerio de Comercio Interior ha demorado la
extracción de cemento cola por la poca salida de ese producto en sus
puntos de venta debido al alto precio en que se expende, según Abel
Rosado, director del Departamento de Balance y Control del Grupo
Empresarial Industrial de la Construcción.
"En sentido general el grupo experimenta a nivel nacional un
crecimiento de inventarios".
Además de la necesaria organización, basada en la adecuada
implementación del proceso inversionista, Abel apuntó entre las
posibles causas el rigor y la exigencia con las cuentas por cobrar,
la poca preparación en cuanto a la planificación y seguimiento de
los recursos destinados a las inversiones, así como los lentos
ritmos constructivos.
Para no mantenerse con los brazos cruzados, la Empresa de
Hormigón y Terrazo inició una etapa de recontratación del plan con
cada cliente moroso que no ha efectuado a tiempo la recogida de los
materiales contratados.
Pero, la realidad también indica que se deben modificar las bases
contractuales. Actualmente, el valor de las indemnizaciones por el
incumplimiento de las cláusulas que se determinan no estimula la
ejecución de una penalización, pues el monto a cobrar por quebrantar
las obligaciones comerciales es sumamente inferior a lo que se
percibe por el pago de las ventas.
Lo cierto es que además de contratos rigurosos, que se respeten
"al pie de la letra", el engranaje tiene que funcionar porque el
avance del país no puede ser comprometido por la ineficiencia y la
falta de acción.