Ronald Suárez Rivas

PINAR DEL RÍO.— Con más de 10 800 postes entregados hasta la fecha, la planta de impregnación —sistema para preservarlos— de la Empresa Forestal Integral Macurije, al occidente de esta provincia, contribuye significativamente a sostener las redes eléctricas y telefónicas de todo el país.

Según el ingeniero Francisco Díaz, jefe de la unidad, advierte que además de ofrecer precios más ventajosos, la industria pinareña destaca por la calidad de sus producciones y ha sido un puntal para disminuir importaciones.

Directivos de la Unión Eléctrica, refieren que nuestros postes están catalogados de buena calidad, asegura.

Destinados tanto a la telefonía como a las redes eléctricas, el grueso de la demanda se concentra en postes de 10,7 metros, (48 %) y de 9,2 metros (25 %), aunque también se obtienen de otras dimensiones (12,2 y 13,7 metros).

"Los estudios que se han realizado, certifican una durabilidad de entre 15 y 20 años como mínimo", añade el especialista.

Levantada sobre lo que fuera la planta de creosoto del municipio de Guane, una de las primeras industrias creadas por la Revolución en Vueltabajo (1961), el desempeño actual de esta unidad es el resultado de un amplio proceso inversionista concluido hace menos de dos años, a fin de ganar en eficiencia y calidad del producto terminado.

Anteriormente la industria utilizaba creosoto y alquitrán para la impregnación de los postes, dos sustancias nocivas que hoy están en desuso en Cuba y en buena parte del mundo, y dependía de una tecnología obsoleta, con la que apenas se lograban entre 10 000 y 15 000 unidades, cuya vida útil muchas veces no pasaba de una década.

Su modernización, en cambio, permite planes mucho más ambiciosos (30 000 unidades anuales) mediante un equipamiento de punta y la utilización de sales hidrosolubles, que no agreden al medio ambiente.

La inversión incluyó la activación de un ramal de vía férrea que posibilita el tiro directamente por ferrocarril hacia toda la Isla, a fin de reducir los gastos de transportación.

Respaldada por las vastas reservas forestales de Vueltabajo (solo la empresa Macurije cuenta con 46 000 hectáreas de pinares) y el cumplimiento riguroso de los planes de reforestación, los especialistas aseguran la existencia de materia prima suficiente para cubrir los compromisos y la garantía de sostenibilidad.

Aunque estas producciones no satisfacen totalmente las necesidades del país, permiten un considerable ahorro de recursos financieros.