Un exgeneral guatemalteco detenido rendirá hoy declaraciones ante
un juzgado que lo acusa de genocidio durante un período en
1982-1983, en el efímero gobierno del golpista Efraín Ríos Montt.
Las imputaciones incluyen delitos contra la humanidad y
desaparición forzada contra Héctor Mario López, ahora con 81 años de
edad, quien fuera entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa
Nacional.
López fue aprehendido el pasado viernes en esta capital por orden
del juzgado primero de alto riesgo y permanece en una celda del
cuartel militar Mariscal Zavala, en esta ciudad.
La fiscalía lo señala como principal responsable de más de 10 mil
asesinatos, miles de desplazamientos forzados y violaciones de
mujeres indígenas ordenados desde su cargo, ocupado del 1 de
septiembre de 1982 al 8 de agosto de 1983.
Todos esos crímenes de las tropas ocurrieron al poner en práctica
los planes Sofía, Victoria 82 y Firmeza 83, creados y ejecutados
durante el mandato militar de López.
Aquellos se desarrollaban como parte de las acciones
contrainsurgentes de las fuerzas castrenses, fundamentalmente en
estrategias trazadas como la de tierra arrasada para el exterminio
masivo de quienes acusaban de pertenecer o apoyar a la guerrilla.
Esos hechos fueron en buena parte los responsables de los 250 mil
muertos calculados en Guatemala durante el conflicto armado interno
de 1960 a 1996, atribuidos por estudios en su inmensa mayoría al
Ejército, los cuerpos de seguridad y los paramilitares.
Dicha cifra incluye más de 45 mil detenidos y luego desaparecidos
tanto en las zonas rurales como en las ciudades, sobre todo en las
primeras de ellas donde las comunidades indígenas eran las
principales víctimas.
La aprehensión de López ocurrió en respuesta a una denuncia
presentada por familiares de afectados en la guerra ante el
Ministerio Público, la cual debió esperar 11 años por su
materialización.
Entre las evidencias presentadas para la acusación hay
testimonios de esos parientes y los informes de la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico (CEH) y de la Recuperación de la Memoria
Histórica.
La CEH, por ejemplo, le atribuye a la institución castrense el
asesinato de unas 30 mil personas y haber forzado la huida de otro
millón hacia México durante la administración de facto de Ríos
Montt.
Pese a acusaciones en su contra por las masacres goza de libertad
el ahora diputado Ríos Montt, autoproclamado presidente tras dirigir
un golpe de Estado en 1982 y gobernar en condiciones dictatoriales
hasta su derrocamiento por otra asonada en 1983, reportó Prensa
Latina.