Cassara, número tres del ranking y bien conocido por el público
cubano, apostó a su temible combinación de físico, agilidad y
técnica —mide 1,93 metros y pesa 93 kilogramos— para superar 15-12
al ucraniano de 21 años Rostilav Hertsyk, (escaño 36) quien
estuvo en tarde de gala, pues antes dejó en el camino al actual
campeón mundial, el alemán Peter Joopich, y al número dos del
escalafón en semifinales, el chino Shen Lei, por 15-9.
Así el transalpino quiere dejar su huella en Cuba, lo mismo que
su entrenador Stéfano Cerioni, también monarca olímpico, muy
expresivo y de grandes actuaciones acá en la capital en la década de
los noventa del pasado siglo.
"Me encanta competir en Cuba, me inyecta un aire especial, estuve
muy rápido, con dominio de las acciones, seguro y efectivo en los
ataques profundos y la riposta. Aunque al asalto final llegué un
poco cansado y cuando tenía ventaja de cinco toques perdí el enfoque
y mi rival lo aprovechó para empatar a 12", explicó el floretista
zurdo de 27 años, natural de Brescia.
Tal dominio tuvo que a partir de la ronda de 32 (cinco pleitos)
solo dos contrarios lograron "herirlo" más de diez veces: el ruso
Artem Sedov y Hertsyk en la definición, ambos con 12 estocadas.
A los anfitriones, la escasez de fogueo les pasó factura
nuevamente, siendo una vez más el matancero Jesús Riaño el mejor
ubicado con el puesto 68, tras ceder por el pase a la tabla de 64
ante el estadounidense Race Imboden (USA) por 15-11. Antes, en
preliminares anduvo fino, con cinco sonrisas en seis pleitos.
Entre sus coterráneos se ubicaron a continuación Yoelkis Zamora
(97), Yosniel Álvarez (109), Yoenis Ross (115), Rubén Jay (118),
Jesús Delgado (125), Michel Carty (127), Pedro Mojena (136), Reidis
Prades (146), Leandro Ramos (149) y Amed Alí (153) en una justa
fortísima, con récord de 167 floretistas de 32 países.