MANAMA, 2 junio.— Las fuerzas militares de países del Golfo
Pérsico desplegadas en Bahrein para aplacar una revuelta popular
chiita seguirán en este país, pese al levantamiento del estado de
emergencia, afirmó hoy una fuente militar.
El jefe castrense bahreiní, jeque Khalifa Bin Ahmed Al-Khalifa,
señaló que las fuerzas del Escudo de la Península solicitadas a
mediados de marzo para apoyar a la monarquía estarán en Bahrein
mientras sea necesaria su
presencia .
La presencia de esta fuerza, su número o una eventual reducción
de los efectivos se determinará en dependencia de las
circunstancias, agregó el oficial sin abundar en un calendario
específico de retirada, una de las demandas de los líderes de la
mayoría chiita aquí.
El rey Hamad Bin Isa Al Khalifa ordenó el miércoles levantar el
estado de emergencia decretado en esta isla del Golfo Pérsico el 15
de marzo como parte de la ofensiva para silenciar las demandas de
apertura democrática y cambios constitucionales de la oposición.
Tras una feroz represión policial que dejó al menos 30 muertos y
cientos de heridos y detenidos, las autoridades de Manama
solicitaron al Consejo de Cooperación del Golfo el envío de mil 500
uniformados sauditas, emiratíes y kuwaitíes que patrullan el país.
El Ejército de Bahrein comenzó a replegar ayer tanques y
efectivos de esta capital ante el previsible fin de la medida de
excepción que busca mostrar disposición a atender algunas demandas
de la oposición chiita, algunos sectores sunnitas y potencias
occidentales.
Al Khalifa había llamado el martes a dar los pasos necesarios
para preparar un diálogo nacional serio, abarcador y sin
precondiciones el próximo 1 de julio, según la agencia oficial de
noticias BNA, pero la oposición expresó sus reservas sobre la
supuesta voluntad del Gobierno.
En los últimos dos meses las autoridades mantuvieron la represión
contra los chiitas, demolición de mezquitas chiitas, detenciones y
juicios arbitrarios a manifestantes y otros atropellos.
Los chiitas lamentan la imposibilidad de acceder a empleos en el
sector público por ser acusados de participar en las protestas,
mientras los sunnitas, aunque apoyaron el gesto real, creen que se
debe mantener la presión contra la población mayoritaria.
En febrero pasado, el príncipe heredero de Bahrein, jeque Salman
Bin Isa Al Khalifa, propuso también un diálogo global para acallar
el clamor de los opositores en las calles por un cambio de sistema
hacia una monarquía constitucional que permitiera elegir al primer
ministro.