WASHINGTON. — Cualquier ciberataque contra Estados Unidos será
considerado un acto de guerra, según la estrategia defensiva que
aplica hoy el Pentágono.
Para el Departamento de Defensa una presunta embestida a través
de las redes de computadoras, que sea una amenaza para las vidas de
los civiles se tratará como un acto de agresión.
En ese sentido, definen que las respuestas se harán si
peligraran, por ejemplo, los suministros de energía, los servicios
en los hospitales y los sistemas de emergencia del país, destaca un
artículo publicado en la edición digital del periódico The New York
Times.
Funcionarios del gobierno, en comentarios durante los últimos dos
años, han sugerido que el presidente podría evaluar una variedad de
respuestas ante supuestos hechos de esa naturaleza.
Estiman que son posibles las sanciones económicas, la ofensiva
informática hasta la agresión militar, precisa el rotativo.
En preguntas sobre política funcionarios de la administración y
el Ejército reconocieron al diario The Wall Street Journal que la
estrategia ha sido "deliberadamente ambigua que no están claros
acerca de cuánto poder de disuasión tendrá".
Tampoco se ha definido cuál es el umbral para ofrecer una
respuesta militar estadounidense ante un ataque cibernético.
En mayo de 2009, cuatro meses después que el presidente Barack
Obama asumiera el cargo, el jefe del Comando Estratégico, general
Kevin P. Chilton, dijo que en caso de un ataque cibernético "se
aplicará el derecho de respuesta ante conflictos armados", recuerda
el Times.
Antes, en abril, Chilton confirmó que "en esta primera década del
siglo veintiuno, el ciberespacio ha emergido como un dominio de
combate global, un dominio que es tan crítico para nuestra seguridad
nacional como sus dominios asociados de tierra, espacio, mar y
aire".
Hace dos semanas la Casa Blanca pidió la cooperación
internacional para la detención de posibles ataques, la mejora de la
seguridad informática y, de ser necesario, neutralizar los planes de
agresiones cibernéticas.
La estrategia del Pentágono toma fuerza en un momento en que
miles de millones de dólares están en juego entre las agencias
federales que trabajan en temas relacionados con este tema.
Entre ellas la Agencia de Seguridad Nacional, la Agencia Central
de Inteligencia y el Departamento de Seguridad Nacional, subraya el
rotativo.