TRÍPOLI. — La OTAN continúo hoy los bombardeos contra Libia en
medio de reportes de que veteranos del Servicio Especial Aéreo (SAS)
británico asesoran sus operaciones y las de los rebeldes en la
ciudad oeste de Misratah.
De acuerdo con la televisión estatal libia, los aviones de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) lanzaron una
nueva ronda de ataques contra objetivos en Trípoli, causando daños
humanos y materiales que no fueron especificados.
Los bombardeos contra posiciones del Ejército leal al líder
Muamar El Gadafi se intensificaron desde el martes, horas después de
que el presidente surafricano, Jacob Zuma, abandonó esta capital
tras una mediación para un cese del fuego rechazado por los
insurgentes.
La propia televisión pública y la agencia oficial de noticias
JANA reseñaron que los blancos de la aviación aliada fueron el
suburbio Tajura, en Trípoli, y la ciudad de Al-Jafra, más al sur.
Igualmente, los proyectiles impactaron en cuatro instalaciones
que la OTAN describió como centros de comando, así como contra
tanques y otros vehículos blindados y artillados en los alrededores
de Misratah, la tercera ciudad del país en manos de los sublevados.
El Gobierno de El Gadafi denunció ayer que los bombardeos de la
alianza atlántica contra Libia provocaron 718 muertos y cuatro mil
67 heridos civiles, del 19 de marzo al 26 de mayo, además de
pérdidas materiales y económicas millonarias.
Las acciones de este miércoles coincidieron con comentarios aquí
de revelaciones del periódico británico The Guardian, según las
cuales, exmilitares del SAS integran las compañías de seguridad
emplazadas en el occidente de esta nación norafricana.
El rotativo, que citó fuentes militares en Londres, señaló que
esos reclutas están en suelo libio con el aval de Gran Bretaña para
recoger información de la ubicación y movimientos de las tropas de
El Gadafi y suministrarla al comando central de operaciones de la
OTAN en Nápoles.
Además, adiestran a las fuerzas insurgentes, ahora autonombradas
Ejército de Liberación Nacional (ELN), y se supone que son pagados
por países árabes aliados, en particular Catar, para que actúen
dentro y en las inmediaciones de la ciudad portuaria de Misratah.
Los insurgentes libios, que recién estrenaron el canal televisivo
Libya Al-Hurra (Libia Libre), trataron de desviar la atención
acusando a Trípoli de contratar y armar a criminales,
narcotraficantes y otros ladrones.
Según dijeron al referido canal fuentes del opositor Consejo
Nacional de Transición, el presunto reclutamiento de esas personas
persigue intimidar a la población de la ciudad costera de Zlitan,
escenario de intensos combates terrestres y asediada por la OTAN.