La Oficina del Censo de los Estados Unidos anunció que la otrora
capital de la industria automovilística mundial y cuna de la
producción industrial en serie, Detroit, ha reducido en un 25 % su
población en los últimos diez años, disminución solo comparable con
la ocurrida en la ciudad de Nueva Orleans en el 2005, donde los
estragos del ciclón Katrina hicieron contraer la población un 27 %.
Desde
el año 2000, Detroit tiene la tasa de desempleados más alta entre
las 50 mayores ciudades de Estados Unidos.
A nivel global, se compara el hecho con la despoblación que
ocurrió en Berlín, capital de Alemania, entre el comienzo de la
segunda guerra mundial en 1939 y los intensos bombarderos de la
coalición aliada sobre esa ciudad hasta 1945. Hay a quienes les
recuerda la epidemia que entre 1665 y 1666 acabó con el 20 % de la
población de Londres.
La pérdida de la cuarta parte de la población de Detroit
significa la fuga de una persona cada 22 minutos, sin ser ello por
motivo de algún desastre natural, ni por plagas o por bombardeos
aéreos. Son personas que huyen de su ciudad a causa de las políticas
de guerra clasistas de la aristocracia financiera estadounidense.
Ese es el criterio que expresa el Socialist Equality Party (SEP)
en su sitio digital World Socialist Web, por donde está convocando a
una discusión tan amplia como sea posible entre los trabajadores
hasta encontrar los medios para dar respuesta al fenómeno.
El SEP organizó en abril del 2011 varias conferencias sobre La
lucha por el socialismo hoy en varias ciudades de los estados de
Michigan, California y Nueva York, por donde ya ha comenzado ese
esfuerzo obrero de riposta, con argumentos muy sólidos:
"La liquidación de la industria a fin de reorientar el capital
hacia la especulación financiera y el consiguiente retroceso en
servicios sociales básicos como la educación pública, la atención de
salud, la vivienda, la protección contra incendios y los
mantenimientos de infraestructura, han convertido a Detroit en la
ciudad más pobre de Estados Unidos, con una tasa de desempleo real
del 50 %.
"Pero lo que está ocurriendo en Detroit es manifestación de un
fenómeno mucho más amplio. Otros centros industriales del medio
oeste y el noreste norteamericano también declinan agudamente. En
Cleveland la población se redujo un 17 % del 2000 al 2010. Las
poblaciones de Cleveland, Chicago, Cincinnati, Detroit, Toledo,
Pittsburgh, Búfalo, Milwaukee y San Luis, que antes integraban el
Arco Industrial de Norteamérica, han reducido el número de sus
habitantes de una manera sin precedentes en muchas décadas.
"La transformación de Estados Unidos de coloso de la industria
mundial a potencia industrial de segundo orden, ha sido un proceso
de muchas décadas que hoy expresa la profunda decadencia del
capitalismo en el país. Y el estrangulamiento de la manufactura es
uno de los componentes de la política de clase que practica la elite
dirigente contra un sector que emplea mucha mano de obra.
"En 1979, luego de una década en la que las corporaciones
industriales estadounidenses perdieron gradualmente su control sobre
los mercados, tanto internacionales como internos, la clase obrera
luchó duramente por mantener el nivel de sus salarios. En esas
circunstancias, la Reserva Federal dispuso la elevación de las tasas
de interés —entre otras medidas para controlar la inflación y
ampliar el desempleo— a fin de utilizar este flagelo para debilitar
la resistencia militante de la clase obrera. Esta terapia de choque
resultó en una ola de cierres de plantas y cesantías en el acero, la
goma, la minería de carbón, el automóvil y otras industrias.
"Esto ocurrió durante el gobierno de Carter, y ello provocó la
pérdida de buena parte del apoyo obrero al partido demócrata, lo que
contribuyó a la elección de Ronald Reagan, quien transformó la
situación de compromiso que caracterizara desde la posguerra a las
relaciones de la clase obrera con la clase dirigente, en la actual
nueva situación de tensiones y enfrentamientos clasistas.
"Todos estos factores coadyuvaron a acelerar la orientación a la
especulación financiera de la burguesía nacional, sentando las bases
para el enriquecimiento disoluto de los parásitos bolsistas, las
burbujas financieras y las quiebras que desde entonces han
caracterizado a la economía de Estados Unidos."
Detroit ha sido blanco de implacable venganza por parte de la
clase dirigente norteamericana por la militante tradición de su
clase obrera. En 1947, había 3 272 fábricas empleando a 338 400
trabajadores. En 1972 quedaban 1 518 fábricas con empleo para 180
400 obreros y en el 2008 apenas 30 000 residentes de Detroit
trabajaban en fábricas. El total de empleados en Detroit se redujo
en 440 000 entre 1970 y el 2009, y en 50 000 entre el 2000 y el
2009.
Desde el año 2000, Detroit tiene la tasa de desempleados más alta
entre las 50 mayores ciudades de Estados Unidos. La población total
de la ciudad, que entre las décadas de los años 1930 y 1950 hacía de
ella la cuarta mayor del país, ocupa hoy el undécimo lugar con poco
menos de 900 000 habitantes.
Los movimientos de izquierda que hoy se levantan contra el estado
actual de cosas en Detroit se plantean, como su nueva perspectiva
política, una lucha independiente de las posiciones que trazan las
uniones que ostentan la representación de la clase obrera
estadounidense hace muchos años, con un programa socialista
revolucionario opuesto a los dos partidos del sistema y a la
aristocracia financiera que ambos defienden.