Phil Bloomer, director de campañas de Oxfam en Gran Bretaña, dijo
que promover la producción de combustibles a expensas de la de
alimentos era un "escándalo obsceno" que contribuyó al incremento
del precio del maíz y de otros productos básicos.
En un informe que acompaña su nueva campaña sobre seguridad
alimentaria, Oxfam instó a la Unión Europea (UE) a revisar su
Directiva de Energía Renovable del 2009, según la cual 10 % de los
combustibles deben derivar de plantas para el 2020, duplicando el
actual consumo.
"Llamamos a la UE a que ponga fin a su mandato sobre los
biocombustibles y reoriente su ayuda al desarrollo con un mayor
nivel de concentración, y le pedimos que realmente lidere al mundo
en los esfuerzos para encarar la volatilidad de los precios, la
transparencia y regulación del mercado de alimentos", dijo Bloomer a
IPS.
El texto, titulado Cultivando un futuro mejor señala que
los incentivos de la UE a los biocombustibles impulsan al alza los
precios de los alimentos, al desviar los esfuerzos de producción.
Los incentivos llevan a las compañías a buscar tierras y mano de
obra de bajo costo en países del Sur para exportar a Europa,
añadiendo competencia en la agricultura en las naciones que más
necesitan alimentos, añade el estudio.
Las recomendaciones están dirigidas a la UE, pero Oxfam también
llama a Estados Unidos —donde alrededor de 40 % de las cosechas de
maíz son destinadas a la producción de combustibles o sus aditivos—
a poner fin a los subsidios.
La ONG alertó que, si no había cambios en las políticas, el
precio del maíz y de otros productos básicos podría más que
duplicarse en 20 años, mientras la producción decae.
Desde el 2008, cuando los precios de los alimentos alcanzaron su
máximo pico en 30 años, 100 millones de personas han sido
arrastradas a la pobreza en parte debido al alto costo de los
alimentos.
Solamente en África oriental, ocho millones de personas sufren
escasez de comida hoy, y los números podrían duplicarse en diez
años. En todo el mundo, 925 millones de personas pasan hambre.
Las subvenciones anuales a los biocombustibles sumaron 20 000
millones de dólares en el 2010 (unos 4 300 millones de parte de
Europa y alrededor de 7 300 millones de Estados Unidos), según la
Iniciativa Global de Subsidios. En contraste, la ayuda total al
desarrollo agrícola totalizó 9 800 millones de dólares el mismo año.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) informó en mayo que los precios del maíz y del
trigo habían seguido creciendo, aunque los de otros como el arroz se
habían estabilizado por primera vez en meses.
Los precios del maíz y del trigo subieron 30 % este año en
algunas partes de África.