"Si bien lo principal es la producción de alimentos para el
mercado interno, la elaboración de pulpas, mermeladas, dulces en
almíbar, barras de conservas y otras producciones, es también una
actividad probadamente rentable: con poco más de 300 toneladas, el
pasado año obtuvimos 380 000 pesos de utilidades."
Otras ventajas derivadas de este proceso productivo son el ahorro
de combustible en la generación de vapor, el aprovechamiento de los
desechos en la alimentación de animales y la generación de empleo,
que en este caso, junto a los 17 trabajadores emplantillados,
favorece ahora, en los picos de cosecha, 40 contratos,
fundamentalmente con mujeres de la zona.
En reiteradas visitas a la "fabriquita" el miembro del Comité
Central y primer secretario del Partido en la provincia santiaguera,
Lázaro Expósito, la ha calificado como "una joyita, capaz de
desplegar toda su potencialidad al pie de las áreas de frutales,
tanto en condiciones normales, como ante inclemencias climáticas o
de otro tipo".
"Lo que más le ha impresionado es el uso eficiente que hacemos de
la tecnología instalada, netamente cubana —expresa el ingeniero
químico y tecnólogo de la miniindustria César Haber—, pues toda la
línea procesadora con su mesa selectiva, lavadora de frutas,
despulpadora, repasadora, fase de cocción y el envasador, fue
construida en la fábrica RETOMED".
"Eso se complementa, con la caldera creada por especialistas de
la empresa ALASTOR, para la generación de vapor mediante la
utilización de leña, fundamentalmente del marabú desbrozado en las
tierras entregadas en usufructo por el Decreto Ley-259, lo cual
representa un ahorro de 1 200 toneladas de diésel anualmente",
aclara.
Al propio Haber correspondió el asesoramiento del montaje de
instalaciones similares en Las Tunas y Holguín, y según le han
informado se crean las condiciones para construir una en cada
municipio santiaguero, excepto en Mella, y llevar la valiosa
experiencia al municipio de Cauto Cristo, en Granma.
Inmersos ahora en los picos de cosecha, el administrador de la
entidad, Arides Hernández, precisa que de mantenerse el suministro
de envases y el estaño utilizado para sellaje, podrían entregar este
año más de 600 toneladas de pulpas, mermeladas y dulces en almíbar
de mango, zapote (mamey), frutabomba, guayaba, tamarindo, guanábana,
níspero y caimito.
La mayor preocupación radica en las trabas que suelen entorpecer
la comercialización, pues baste señalar que desde abril mantienen
más de 10 toneladas de pulpa especial de zapote, destinada a la
elaboración de helados, en un frigorífico de Santiago de Cuba, en
espera de la aprobación del precio por la Unión de Productos
Lácteos.
Tan inconcebible situación incrementa diariamente el pago por
utilización de la cámara fría, mientras corren el riesgo de que se
afecte la calidad —como ha sucedido con otras pulpas—, de un
producto que está entre los más demandados por la población en la
modalidad de helado.
Además de Palma Soriano, aquí tributan frutas los municipios de
Mella, San Luis y Songo-La Maya, a la vez que desde hace varios años
se fomentan nuevas áreas de frutales en la Cooperativa, capaces de
asegurar más del 80 % de la materia prima demandada y permitir
pensar en la instalación de otra caldera, la cual consiga elevar a 2
000 toneladas la producción anual.
De esa forma, en un futuro cercano garantizarían gran parte del
autoabastecimiento, en una provincia que actualmente cuenta con
otras tres instalaciones similares, involucradas este año en
procesar más de 17 000 toneladas de frutas de diferentes variedades,
con un gran peso del mango, que actualmente se cosecha.