En torno a las Licencias Sanitarias

Siete pilares para vender alimentos

José A. de la Osa
delaosa@granma.cip.cu

La extensión de las Licencias Sanitarias requeridas para la elaboración y venta de alimentos a los trabajadores por cuenta propia, debe desarrollarse en el término de siete días hábiles a partir de la solicitud, aseguró en La Habana el doctor Orlando Roque Núñez Beltrán, jefe del Departamento Nacional de Fiscalización de la Inspección Sanitaria Estatal, de la Dirección Nacional de Salud Ambiental del MINSAP.

Foto: Yander ZamoraDe esta manera, se establece una normativa nacional que posibilita a los ciudadanos llevar a cabo sus gestiones en un rango de tiempo adecuado, el cual están obligados a cumplir todos los funcionarios de las entidades territoriales de la Salud.

Aclaró que cuando los inspectores detectan deficiencias higiénico-sanitarias en los locales destinados a la elaboración o venta de los productos, se establecen entonces plazos para una nueva inspección, de acuerdo con el tiempo que el solicitante estime estarían solucionados.

De existir algún incumplimiento en los pasos de este proceder, el cuentapropista puede formular su queja en la Dirección Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, que en un lapso no mayor de 72 horas, tiene el deber de corroborar la justeza o no de la solicitud.

También para emitir quejas vinculadas con el desempeño de los inspectores, los interesados pueden dirigirse al Departamento Nacional de Fiscalización de la Inspección Sanitaria Estatal, radicado en Línea e I (edificio B del MINSAP), en el Vedado, La Habana, o llamar al teléfono 835 9454.

Las Licencias Sanitarias se extienden a seis de las 178 modalidades del trabajo por cuenta propia, que incluyen las de elaboración y venta de alimentos y bebidas y la asistencia infantil para el cuidado de niños. Al principio de estas implementaciones, indicó el doctor Roque, se presentaron algunas quejas debido a demoras o malas actuaciones de los inspectores, las cuales fueron solucionadas.

El Reglamento de la inspección sanitaria tiene como objetivo fundamental controlar y hacer cumplir las disposiciones legales relacionadas con las normas higiénico-sanitarias y antiepidémicas tendentes a prevenir, disminuir o erradicar la contaminación del medio ambiente y el saneamiento de las condiciones de vida, estudio y trabajo de la población, así como reprimir a los infractores de esas normas.

Para ello trabajan en la actualidad 2 315 inspectores, todos con grado universitario, mayoritariamente licenciados en Tecnología de la Salud, especialistas en Higiene y Epidemiologia y médicos, que atienden en el momento actual un universo en el país de 45 336 elaboradores y expendedores de alimentos por cuenta propia, de los cuales, al cierre del pasado mes, 36 014 desempeñan su labor de forma ambulatoria.

La sola mención de esas cifras, que continuarán en aumento, constituye en sí misma un llamado a la responsabilidad de estos trabajadores por cuenta propia, y de los inspectores, en cuanto a la adopción y exigencia de las medidas higiénico-sanitarias establecidas para cuidar la salud de la población.

Ambas figuras deben tener muy presente que, del desempeño responsable de su actividad, depende hasta la vida de la personas.

Por ejemplo, una de las intoxicaciones por alimentos más comunes es la producida por una bacteria, la salmonella, que se manifiesta con una gastroenteritis aguda con vómitos y diarreas. "La salmonella mata", subrayó a Granma la doctora Mayra Martí Pérez, jefa del Departamento Nacional de Higiene de los Alimentos y Nutrición, del MINSAP.

Pregunté a la especialista si existen alimentos que por su naturaleza o composición se encuentran exentos de "responsabilidad" en el origen de intoxicaciones alimentarias. Sí, refirió, los productos secos como el pan, los muy ricos en azúcar y los ácidos. Sin embargo, hay alimentos de alto riesgo que no deben mantenerse de forma prolongada sin las condiciones de refrigeración adecuadas. Entre ellos carnes y productos cárnicos, pescados y mariscos, los dulces de crema, las ensaladas frías, la mayonesa y otros de alta peligrosidad.

Los elaboradores y expendedores de alimentos deben sustentar su labor para la prevención de las intoxicaciones alimentarias en los denominados "siete pilares" de la higiene, que incluyen el lavado frecuente y correcto de las manos; la cocción completa de los alimentos que lo requieran; lavado correcto de los vegetales y hortalizas; limpieza de equipos y utensilios; mantener debidamente tapados los alimentos; conservarlos en la forma y temperatura adecuadas, y, finalmente, evitar que transcurra un tiempo prolongado entre su elaboración y el consumo. Debe emplearse siempre agua potable para elaborar jugos y refrescos.

 

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