El principal objetivo de la ONAT, cuyos servicios son gratuitos,
es la recaudación, control, fiscalización y cobro de los tributos e
ingresos no tributarios que conforman el presupuesto del Estado.
Actualmente posee una sede en cada municipio y otra con jurisdicción
provincial que, a su vez, se subordina a la instancia nacional.
La relación de la oficina con los cuentapropistas comienza cuando
estos, una vez autorizados por los organismos competentes (trabajo,
vivienda, transporte) a ejercer las actividades que soliciten,
acuden para su inscripción como contribuyentes.
No obstante, ante la creciente demanda del trabajo no estatal, la
ONAT se ha visto obligada a implementar nuevas estrategias. La
primera de ellas consistió en la liberación de sus responsabilidades
para con la Tesorería y aquellas otras vinculadas al cobro de los
efectos electrodomésticos. Mas, a pesar de dicha modificación,
varios son los escollos que les quedan a las oficinas por sortear.
En opinión de Granma y después de hablar con muchas
personas y recibir cartas al respecto, el otro eslabón que todavía
complica las gestiones son las entidades bancarias.
Por ejemplo, en el municipio de San Antonio de los Baños,
provincia de Artemisa, es el sistema de pago en los centros
bancarios uno de los indicadores que más entorpecen la fluidez de
las gestiones ciudadanas. La poca cultura tributaria de la
población, sumada a la imposibilidad de la tecnología bancaria para
asimilar un sistema de pago más actualizado, como el que existe por
ejemplo en la capital, impiden que los pagos puedan ser efectuados
de manera más expedita.
Mientras en algunos sitios como La Habana el procedimiento
consiste en la presentación de un certificado de identificación
fiscal que al pasar por un escáner ofrece los datos generales del
contribuyente, y de una planilla o vector fiscal en el que se
especifican todas las obligaciones tributarias con las fechas
límites de pago, en entidades municipales como la de San Antonio
están a la espera de su implementación.
De acuerdo con nuestra imvestigación, un contribuyente debe
llenar la misma cantidad de planillas que cosas a pagar: empleo de
la fuerza de trabajo, cuota del mes, cartel promocional,
arrendamiento... , todo se vuelve muy engorroso. Como no están
familiarizados con este procedimiento a veces deben duplicar sus
gestiones porque el banco no acepta tachaduras. Entonces quien lo
atiende, en correspondencia con las características del caso, puede
demorar más de lo habitual, según opiniones que recibimos de la
población.
En la redacción de Granma sabemos que el sistema bancario
da pasos para perfeccionar sus servicios a los trabajadores no
estatales, pero son problemas que gravitan mucho sobre la población.
La trabajadora de la ONAT Marlén Pérez Guzmán, en asistencia al
contribuyente, precisa de sábados y domingos para adelantar todo el
trabajo acumulado según nos dijo. Con casi 50 000 habitantes, el
municipio tenía hasta el 25 de abril, 1 225 cuentapropistas. En
proceso de inscripción, a finales del mes, se hallaban 1 117.
San Antonio tiene motivos para querer agilizar el servicio de
atención a los usuarios. Debido al incremento de los contribuyentes
durante el primer trimestre del 2011 se recaudaron 1 138 000 pesos,
casi igual que la cantidad total ingresada en el 2009, ascendente a
1 161 000 pesos.
Por eso, han debido hacer reajustes internos como mover personal
de un área a otra que lo precise más, aunque poco se note ante la
avalancha de trabajadores agrícolas, por ejemplo, que se reciben de
vez en cuando.
A pesar de que todos los contribuyentes entrevistados ofrecieron
criterios muy favorables sobre el desempeño de la oficina, su
directora Nidia María Pino Sardiñas advierte que las condiciones
materiales no son las óptimas y que con el personal actual no se
llega a ofrecer un servicio de calidad al ciento por ciento.
Recalca, también, la necesidad de incrementar la divulgación de los
asuntos fiscales en pos de incrementar la educación tributaria en la
población; trabajo que debe comenzar por la prensa.
En la oficina del municipio de Playa, en la capital, es otra la
imagen. Sin necesidad de enfrentarse a problemas de la tecnología
bancaria, lo que resulta significativo es la cantidad de personas
que llegan a diario a solicitar información. Lleny Pozo Fernández,
encargada de la asistencia al contribuyente, refiere ver a un
centenar de personas durante una jornada laboral. Esto, además de
ser una prueba del aumento de los trabajadores por cuenta propia,
alerta sobre la vasta preparación que debe poseer quien labore en la
administración tributaria.
Con 36 trabajadores, la ONAT de Playa poseía, a finales de abril,
19 665 contribuyentes, de los cuales 4 957 se desempeñaban como
cuentapropistas.
Según María Mercedes Rodríguez García, su directora, las tardes
de los viernes están dedicadas a la capacitación. Precisa, además,
que reciben seminarios en el Centro de Estudios Contables,
Financieros y de Seguros (CECOFIS), y que tienen a la mano todas las
legislaciones y documentos que regulan las nuevas reglamentaciones.
"Los primeros momentos fueron los más duros porque las
disposiciones eran nuevas, tanto para el contribuyente como para los
trabajadores de la oficina. Playa es uno de los municipios más
grandes de la ciudad y aunque el personal no es suficiente y el
número de solicitudes para ejercer por cuenta propia es alta, hemos
reforzado la asistencia con personal de otras áreas", dice María
Mercedes.
A pesar de que la ONAT constituye el último eslabón de la cadena
de inscripción, la directora explica que la gente acude a orientarse
de cualquier tema. Por eso, afirma, "estamos obligados a dar una
respuesta a cada pregunta. Todos debemos saber de todo, y estamos
formando a los fiscalizadores tributarios para que también lleven
esa cultura a las personas".
Que la administración tributaria precisa de cambios en su
estructura con el fin de perfeccionar sus servicios es asunto
inobjetable. Así lo reconoce Yamilé Pérez Díaz, vicejefa de la ONAT.
Para la funcionaria el reto más grande consiste en que la
preparación del personal de las oficinas de base tiene que ir,
necesariamente, en consonancia con los cambios que experimenta el
país y con el crecimiento del número de contribuyentes.
Existe ya un estudio que evalúa el incremento de personal donde
se necesite, y el mejoramiento de las condiciones materiales en la
misma medida en la que el país pueda asumirlo.
Los cambios deben ir dirigidos al adiestramiento de personal, al
fortalecimiento de las relaciones con las entidades colaboradoras,
como las bancarias, y al mejoramiento de las condiciones de los
inmuebles.
Aunque la ONAT ha creado medios para disipar las dudas de los
contribuyentes (folletería, mural informativo... ), es la asistencia
personalizada sobre la que recae la mayor responsabilidad.
Algunos factores como el hacinamiento y la falta de materiales de
trabajo vulneran la calidad de la atención en varias oficinas y
complican el trato a los usuarios. Y si a esto se le suma la poca
cultura tributaria de la población, se constata que los retos no son
livianos.
La actualización del modelo económico cubano con los cambios
aprobados, y otros por llegar, pone a prueba la competencia de la
ONAT. Por eso, el fortalecimiento de los equipos de control fiscal y
la permanente preparación de sus recursos humanos, son las medidas
más inmediatas para fomentar la cultura tributaria que tanto urge; y
único recurso capaz de tender un puente de eficaz comunicación entre
la oficina y el contribuyente.