CIUDAD DE MÉXICO.— La faceta de paisajista de David Alfaro Siqueiros,
la menos conocida del célebre muralista mexicano, es por estos días
redescubierta en una exposición que muestra obras de caballete en
las que los horizontes, las cordilleras volcánicas, los valles, las
superficies telúricas y los mares son los protagonistas.
La muestra Siqueiros paisajista concentra en el Museo de
Arte Carrillo Gil (MACG) de Ciudad de México ochenta pinturas,
fotografías, dibujos y documentos realizados por el artista entre
1913 y 1973 en los que se reconoce al "pintor y al ser humano lejos
del ya visto ideólogo y muralista", según declaró a la agencia EFE
Ítala Schmelz, directora del MACG.
Las pinturas de Siqueiros (1896-1974) reunidas son
aproximadamente la mitad de los 150 paisajes que el artista produjo
a lo largo de su vida.
Según Schmelz, estos cuadros permiten explorar por un lado, el
tiempo en el que Siqueiros celebraba la llegada de la ciencia como
una oportunidad de progreso y, por otro, la etapa de pesimismo y
desencanto en la que se sumió en sus últimos años.
Contrario a las pinturas, el grupo de fotografías que integra la
muestra tan solo representa una pequeñísima parte de las 11 000 que
pertenecieron al pintor. Siqueiros nunca pintó "en vivo", siempre
partió de la fotografía para trabajar, por eso invitaba a sus viajes
a fotógrafos como el colombiano Leo Matiz a que retratara a sus
modelos o paisajes.