Entrevista con el actor hispano-alemán Daniel Brühl

Tres razones para siete días

AMELIA DUARTE DE LA ROSA

Puede que a primera mención el nombre de Daniel Brühl para algunos no diga mucho, pero si señalamos que se trata del protagonista de cintas tan reconocidas como ¡Good bye, Lenin!, Los edukadores e Inglourious Basterds —la última entrega de Quentin Tarantino— la gran mayoría recordará de inmediato al joven que aún con el rostro tierno y la mirada cándida sorprende muchas veces con sus interpretaciones a través de la pantalla grande.

El actor, una de las figuras internacionales más reconocidas de Alemania, hace poco culminó la filmación del último corto de la película Siete días en La Habana, coproducción franco-española que prevé su estreno para finales de este año y que narra siete historias dirigidas por el francés Laurent Cantet, el palestino Elia Suleiman, el puertorriqueño Benicio Del Toro, los argentinos Pablo Trapero y Gaspar Noé, el cubano Juan Carlos Tabio, y el español Julio Medem. Dos días antes de partir, Brühl compartió algunas preguntas con la prensa sobre La tentación de Cecilia, episodio dirigido por Medem, que protagoniza junto a la cubana Melvis Santa.

Sencillo y con un dominio perfecto del español —su madre es catalana y el padre alemán— Daniel, que dentro de poco cumplirá 33 años, nos explica cómo llegó al papel: "Morena Films, una productora reconocida por hacer películas de gran calidad y con la que he trabajado antes, me contactó durante la preparación de la cinta. Me contaron, además, que el corto iba a ser con Medem, que es uno de los directores que más admiro en el cine europeo desde hace muchísimos años y que se iba a rodar en La Habana. Yo nunca había estado aquí y siempre tuve curiosidad por conocer la ciudad, así que eran como tres razones para hacer esta película".

La mayoría de tus filmes se caracterizan por tener un corte socio-político, ¿cómo te preparaste entonces para este personaje que está inspirado en Cecilia Valdés, la novela costumbrista cubana por excelencia?

"Es cierto, este personaje no tiene nada que ver con lo que he hecho anteriormente y además no sabía que estaba basado en una novela. Me enteré hace poco. A mí me gusta encontrar un nombre que vaya más con el personaje, pero Medem insistía demasiado en los nombres José, Cecilia y Leonardo y me explicó el motivo. Me hubiera gustado tener esta información antes. Ahora, como es un corto de 16 o 17 minutos, el tiempo de preparación no fue mucho, pero los tres protagonistas sí tuvimos largas conversaciones con el director sobre la historia de los personajes. Hay que entrar a la filmación con las ideas y los ritmos muy claros porque todo está muy comprimido, lo que no se cuenta se debe tener presente por igual en la cabeza. Entonces me imaginé una vida del personaje en España, y tuve varios ensayos con Melvis para encontrar el feelin entre nosotros. Creo que funcionó bastante bien y fue muy interesante porque ella es cantante y no actriz".

En ocasiones anteriores habías comentado tu deseo de trabajar con Medem, ahora que finalmente tuviste la oportunidad ¿cómo ha sido esta experiencia?

"Me ha ido muy bien. Esta cinta es una historia de amor y para mí es algo que mejor hace él como director, es como la especialidad de su cine. Siempre me ha impresionado mucho la delicadeza con la cual cuenta historias de amor. También me pareció un corto muy fino, sutil porque mi protagonista, en otro caso, pudiera haber sido un típico español con mucho dinero que viene aquí a aprovecharse y seducir a una cubana guapa, pero no es así. Leonardo es un muchacho simpático, profesional, entrañable, que realmente está buscando talentos de música y se enamora de Cecilia que, además, está comprometida con un jugador de béisbol".

En cuanto a la película que compila su corto, el actor, que reside en Barcelona —donde nació— y Berlín, expresó más adelante su deseo por ver cómo trabajaban los otros directores, "siento pena de no haber estado antes, porque los siete son gente que admiro mucho. Me hubiera gustado ver todas las diferentes maneras de contar un día en La Habana y hablar con ellos. Cuando vea la película también será la primera vez, no he visto más que ustedes, solo conozco mi corto".

Admirador de Truffaut, Godard, Fellini y Stanley Kubrick, Brühl, quien tiene una formación autodidacta desde principios de los noventa intervino en numerosas series y telefilms alemanes. Llegó a la pantalla grande en el 2001 con El sonido blanco, y posteriormente con Vaya con Dios y Elefantenherz, pero fue en 2003, con su papel de Alexander Kerner en el largo ¡Good Bye, Lenin!, de Wolfang Becker, cuando despuntó su fama y reconocimiento mundial como actor.

Ha recibido, entre otros galardones, los premios de Mejor Actor que confieren las Academias de Cine Europeo y de Alemania, el Shooting Star del Festival Internacional de Cine de Berlín; así como una nominación al Premio Goya a la mejor interpretación masculina por la película Salvador, del director Manuel Huerga. Su trabajo con grandes estrellas del cine como Judi Dench, Maggie Smith, John Malkovich, Matt Damon y Brad Pitt ha validado la labor del joven, que ya es una de las más consolidadas y nutridas de Europa.

Después de esta filmación Daniel prepara un proyecto con Becker, de quien reveló ser íntimo amigo, y que es también una novela adaptada para el cine. "También —explica— hay dos películas que quiero hacer en Chile, una sobre Salvador Allende igualmente

con Morena Films, y otra sobre la Colonia Dignidad (localidad fundada en Chile a principios de la década de 1960 por inmigrantes alemanes), que es un tema muy fuerte".

Casi al término de la entrevista, una pregunta se hace ineludible: Primera vez en Cuba y con Medem, ¿cuál de las dos te gustaría repetir?

"Pues las dos, por supuesto. La Habana es impresionante en todos los sentidos, no tiene nada que ver con lo que he visto en mi vida jamás. Todo es nuevo: la música, la arquitectura, los paisajes y sobre todo la mentalidad de la gente, que es bastante diferente de lo que he visto hasta ahora. Así que con una película más larga, con Medem, en Cuba, otra vez."

 

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