A
dos décadas de la culminación victoriosa de la Operación Carlota el
25 de mayo de 1991, aún perduran en el continente africano las
huellas de Cuba en ese brillante capítulo de internacionalismo
proletario, que contribuyó a preservar la independencia de la
República de Angola, posibilitó la de Namibia y liberó a Sudáfrica
del oprobioso régimen del apartheid.
Durante casi 16 años, más de 370 000 combatientes
internacionalistas lucharon en Angola en defensa de su soberanía e
integridad territorial, y cerca de 50 000 colaboradores brindaron su
aporte desinteresado en labores civiles.
La histórica hazaña elevó la dignidad de nuestro pueblo porque el
prestigio, la autoridad, el respeto de que goza Cuba hoy en el mundo
son inseparables de su desempeño en Angola, como apuntó el General
de Ejercito Raúl Castro, el 28 de mayo de 1991, en un acto de
homenaje a los cubanos que acudieron al llamado.
Al informar al Comandante en Jefe el fin de la honrosa misión
—cinco semanas antes de la fecha acordada del primero de julio— el
entonces ministro de las FAR afirmó que en esta victoria, también de
todos los países del Tercer Mundo, la gloria y el mérito pertenecen
al pueblo cubano, protagonista verdadero de esa epopeya que
corresponderá a la historia aquilatar en su más profunda y
perdurable trascendencia.
Como continuadores del hermoso ejemplo, decenas de miles de
profesionales de la salud, maestros, entrenadores deportivos y
especialistas de las más diversas ramas, cumplen con el deber
solidario de ayudar a los necesitados en otras naciones del mundo.