NACIONES UNIDAS, 17 mayo.— Naciones Unidas activó hoy las alarmas
por el incremento de los crímenes de odio basados en la orientación
sexual y llamó a los gobiernos a reforzar las acciones para eliminar
la discriminación y prejuicios al respecto.
La señal de alerta fue lanzada por la Alta Comisionada de la ONU
para los Derechos Humanos, Navi Pillay, en un mensaje con motivo de
cumplirse este martes el Día Internacional contra la Homofobia
instituido en 2004.
En la misma fecha de 1990 la homosexualidad fue borrada de la
lista de enfermedades mentales por la Organización Mundial de la
Salud.
La funcionaria alertó frente al aumento de los actos criminales
contra homosexuales, bisexuales y transexuales en todo el mundo y
afirmó que la homofobia no se diferencia del sexismo, la misoginia
(aversión a las mujeres), el racismo y la xenofobia.
Nadie puede tratar a un grupo de personas como si tuvieran menos
valor o merecimiento o fueran indignos de respeto, pues todos
tenemos los mismos derechos sin depender de la orientación sexual o
la identidad de género, dijo.
En su mensaje, distribuido en la sede de la ONU en Nueva York,
Pillay también denunció que la homosexualidad todavía constituye un
delito criminal en más de 70 países.
Al respecto, recordó que en 1994 el órgano de derechos humanos de
la ONU confirmó que los Estados tienen la obligación de
descriminalizar la homosexualidad y de proteger a las personas de la
segregación por razones de orientación sexual.
Por su parte, el director ejecutivo del programa VIH-SIDA de
Naciones Unidas, Michel Sidibé, consideró que el estigma contra los
homo, bi y trans sexuales dificultó la respuesta efectiva contra esa
enfermedad.
El funcionario instó a los gobiernos a crear el clima legal y
social necesario para garantizar el respeto de los derechos humanos
y el acceso universal a la prevención y tratamiento de los afectados
por ese mal.
Al mismo tiempo, Rebeca Grynspan, titular del Programa de la ONU
para el Desarrollo, apuntó que la homofobia también es negativa para
el desarrollo económico al limitar la capacidad de los individuos a
realizar sus aspiraciones y desplegar sus potencialidades.