Conocido el dictamen pericial practicado por expertos del
Servicio Médico Legal, lo primero que salta a la vista es la
categórica declaración formulada a EFE en el 2009 por el exmédico
forense de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones
de Chile, Alfonso Chelén: "A José Tohá lo estrangularon" .
El criminalista, que en marzo de 1974 prestaba servicios en la
Policía de Investigaciones, fue el primero en entrar a la habitación
303 del Hospital Militar de Santiago el 15 de marzo de 1974.
Allí encontró el cadáver del exministro de Interior y Defensa del
Gobierno de Allende, colgado dentro de un armario pero con los pies
extrañamente apoyados en el suelo y las piernas flexionadas.
Tohá medía 1,90 metros de estatura. El cinturón que ataba su
cuello a un hierro que atravesaba la parte superior del armario
tenía un nudo que el doctor Chelén deshizo fácilmente y que no
habría soportado el peso de un cuerpo colgando.
Todas las investigaciones que el criminalista realizó ese día en
la habitación, así como las fotografías tomadas al cuerpo y el sitio
del suceso, desaparecieron rápidamente.
El general Ernesto Baeza, quien en 1974 dirigía la Brigada de
Homicidios de la Policía de Investigaciones, intentó que Alfonso
Chelén firmara un informe que no había redactado.
El documento sostenía justamente la tesis contraria a la que él
había establecido: la muerte de José Tohá se debió a suicidio por
ahorcamiento. La negativa le costó a Chelén la expulsión de la
institución.
El expediente por la muerte de Tohá que entonces abrió el fiscal
militar Rolando Melo Silva desapareció pronto misteriosamente. En el
actual proceso que instruye el juez Jorge Zepeda, Melo Silva
declaró: A no recuerdo nada de lo que hice entonces porque tengo
lagunas mentales" .
La ficha clínica de Tohá desapareció del Hospital Militar, junto
con el expediente de la justicia castrense. A cargo de la
subdirección ejecutiva de ese hospital estaba en 1974 el mayor del
Ejército, doctor Patricio Silva Garín.
Silva, que había sido subsecretario de Salud del presidente
democratacristiano Eduardo Frei Montalva (1964-1970), actualmente
está procesado como coautor de homicidio por envenenamiento del
propio Montalva, quien falleció en 1982, cuando estaba internado en
la clínica Santa María de Santiago.
En definitiva, y como lo ha sostenido reiteradamente la viuda del
exministro, Moy de Tohá, y su hija Carolina, presidenta del Partido
por la Democracia (PPD), A lentamente está llegando la verdad" .
El informe de las investigaciones practicadas a los restos de
Tohá, exhumados del Cementerio General de Santiago, sostiene que los
huesos del cuello no presentan las señas que necesariamente provoca
un ahorcamiento, por lo que A pudo haber intervención de terceros"
en su muerte.
Con estos antecedentes, en el proceso existe la fundada
presunción de que el cuerpo de Tohá fue puesto dentro del armario
cuando ya había muerto. En todo caso, aún falta por conocerse el
resultado de un segundo informe pericial de la Universidad de Chile.
Ahora el juez deberá llegar a establecer quién o quiénes tuvieron
intervención en la muerte provocada a José Tohá.
En ese sentido, quienes hasta ahora aparecen en la investigación
como principales sospechosos son el general Raúl Iturriaga Neumann,
el coronel Marcelo Moren Brito, el brigadier Miguel Krassnoff
Martchenko y el suboficial Carlos Labarca Sanhueza. Todos ellos
pertenecieron a la DINA, y los tres primeros se encuentran
cumpliendo condena por otros crímenes de lesa humanidad.
Un alto cargo de la Policía de Investigaciones ya retirado relató
a EFE que uno de los cuatro mencionados le habría confesado que la
muerte de Tohá se habría decidido en una reunión entre los que
habrían participado Iturriaga y el brigadier Pedro Espinoza, ex
segundo hombre de la DINA.
Según este funcionario, en el crimen habrían participado
directamente Iturriaga, Moren o Krassnoff y Labarca Sanhueza.