El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC),
Pascal Lamy, aseguró hoy aquí que la conclusión exitosa de la Ronda
de Doha depende de la voluntad política de los países involucrados.
Si ese aspecto se resuelve, entonces el resto que debe hacerse
podría llegar abruptamente, consideró el funcionario en un foro
empresarial.
Según Lamy los 153 países integrantes de la OMC no desean que las
negociaciones fracasen, pero necesitan voluntad política para
ponerse de acuerdo en los temas controversiales.
Mencionó en ese sentido, cómo recortar los aranceles a los bienes
industriales, uno de los puntos no resueltos.
El líder de la OMC alertó en abril que está surgiendo una fisura
en las conversaciones, la cual podría ser insalvable en la cuestión
de los productos manufacturados.
La Ronda de Doha se lanzó en el 2001 con la idea de impulsar el
desarrollo mediante una mayor liberalización del intercambio global.
Sin embargo, la postura poco receptiva de las naciones ricas
respecto a las demandas de las del Sur, en particular la supresión
de sus subsidios agrícolas, es uno de los obstáculos que ha hecho
fracasar las negociaciones.
Tales subvenciones, del orden de miles de millones de dólares,
distorsionan el intercambio mundial y afectan sensiblemente las
economías subdesarrolladas, cuyos ingresos dependen en gran medida
de los productos básicos.
Recientemente, la Unión Europea presentó un plan inclinado a
revivir las conversaciones, el cual no arrojó resultado alguno hasta
el momento.