En declaraciones a la BBC, Robertson hizo la advertencia un día
después de que el expresidente de la Federación Inglesa (FA), David
Triesman, revelara ante el Parlamento británico que el trinitario
Jack Warner, uno de los vicepresidentes de la FIFA, el paraguayo
Nicolás Leoz, presidente de la Conmebol, el brasileño Ricardo
Teixeira y el tailandés Worawi Makudi, pidieron "sobornos" a cambio
de respaldar a Inglaterra como sede del Mundial del 2018.
Según Triesman, Warner "quería dinero para construir un centro
educativo en Trinidad", Leoz "pidió el título de caballero (Sir)", y
Makudi "el control de los derechos de televisión de un amistoso
entre Tailandia e Inglaterra". Mientras, Teixeira fue acusado de
decirle en los meses previos a la votación: "Ven y dime lo que
tienes para mí", mostrando una "conducta inapropiada y poco ética".
La candidatura inglesa fue la primera eliminada al conseguir nada
más que el apoyo de dos de los 22 miembros del Comité Ejecutivo con
derecho al voto, quienes finalmente se inclinaron por Rusia y Qatar
para organizar los torneos del 2018 y 2022, en cada caso.
Todos los implicados en el presunto caso de corrupción negaron
tácitamente esas acusaciones, e incluso el portavoz de Leoz tachó de
farsante sin ninguna credibilidad a Triesman, quien dimitió en abril
del 2010 como presidente de la FA y responsable de la candidatura de
Inglaterra’18 a raíz de publicarse una conversación en la que
sugería que España había renunciado al Mundial del 2018 (al que
optaba junto a Portugal). En tanto, el titular de la Confederación
Asiática de Fútbol y candidato a la presidencia de la FIFA, el
qatarí Mohamed bin Hammam, negó que su país pagase a cambio de votos
para ser elegido, luego de que el diario Sunday Times expusiera lo
contrario, señalando abiertamente a varios miembros africanos de la
FIFA.
Por su parte, el presidente de la máxima entidad futbolística, el
suizo Joseph Blatter, pidió a las autoridades inglesas pruebas que
demuestren los citados sobornos para actuar de inmediato e iniciar
las investigaciones.
No obstante, el ministro de Deportes británico, exigió a la FIFA
mayor transparencia en sus procesos de candidatura: "Tenemos que
respaldar todo con pruebas y espero que la FIFA siga el ejemplo del
Comité Olímpico Internacional (COI), que se sometió a un proceso
similar después de Salt Lake City", explicó.
El escándalo de Salt Lake City (Estados Unidos) se remonta a
1998, cuando se descubrió que los dos máximos responsables de la
candidatura, Tom Welch y Dave Johnson, destinaron un millón de
dólares en atenciones a miembros del COI y sus familias, en un
intento de favorecer que se concediese a su ciudad la organización
de los Juegos de Invierno del 2002.
"Existe el deseo de tratar, trabajar y cambiar a la FIFA desde
dentro", remarcó Robertson. "Pero si la FIFA demuestra que es
incapaz de hacer eso¼ todas las opciones son posibles".