Ustedes saben que estamos entrando en una fase intensa de legalidad.
Las revoluciones y los revolucionarios se caracterizan en una fase
porque destruyen todas las leyes, porque eran las leyes de los
opresores, de los explotadores, de los dominadores. Pero junto con
el hábito de destituir las leyes, muchas veces se desarrolla
paralelamente el hábito de no respetar ninguna ley. Y la revolución
significa destruir todo viejo orden social y todas las viejas leyes
que rigen la vida de una sociedad, y sustituirlas por leyes nuevas.
Lo que equivale a decir que hay que sustituir el espíritu destructor
de las leyes viejas, por el espíritu de disciplina y acatamiento a
las leyes nuevas.
¡Enemigos de la vieja ley, y baluartes de la ley nueva! ¡Eso
deben ser los revolucionarios!
La legalidad socialista es imprescindible. Y mientras más nos
organicemos y más desarrollemos la Revolución, más será necesario
crear en la mentalidad de todo el pueblo el conocimiento de la ley y
el hábito de acatamiento y respeto a las leyes.