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El Ejército y destacamentos rebeldes libios continuaron hoy los
enfrentamientos en la ciudad oeste de Misratah, mientras la OTAN
amplió e intensificó sus bombardeos aéreos, y Estados Unidos
estimuló a la insurgencia con una ayuda millonaria.
Residentes en la tercera ciudad de Libia afirmaron que los
alzados perdieron parcialmente el control del puerto debido a que
las fuerzas leales al líder Muamar el Gadafi lo atacaron para cortar
esa supuesta vía de suministro de armas y avituallamientos.
Los rebeldes describieron fieros combates y aseguraron que el
Ejército bombardeó la rada de Misratah por donde también son
evacuados heridos y civiles que intentan huir de los enfrentamientos
registrados allí desde hace más de dos meses.
Admitieron, además, que las tropas de El Gadafi "siguen
posicionadas en las afueras de la ciudad", pese a reportes de que
los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) habían obligado al repliegue de los militares regulares el
pasado fin de semana.
Las fuerzas gubernamentales trataron de cortar el tránsito en la
principal carretera que enlaza el puerto con el centro de la ciudad
que está literalmente destruida debido a la magnitud de los
bombardeos aéreos de la OTAN y al fuego de la artillería de ambos
contendientes.
Informaciones procedentes del extremo occidental de este país
refirieron, por otro lado, duros combates en la zona montañosa de
Nafusa, habitada por tribus bereberes, también alcanzada por bombas
de la alianza atlántica y de aviones no tripulados estadounidenses.
Fuentes del Gobierno libio informaron en esta capital que la
cancillería solicitó a Rusia convocar una reunión de urgencia del
Consejo de Seguridad de la ONU para discutir lo que calificaron de
"salvaje agresión de Occidente", causante de cientos de muertos.
La OTAN bombardea Libia amparada en la resolución 1973 de ese
órgano de la ONU para imponer una zona de exclusión aérea y
teóricamente proteger a la población civil, pero los aliados
reconocen un estancamiento en el conflicto.
A juzgar por declaraciones de líderes de potencias occidentales,
la vía de destrabar el contencioso es aumentar y ampliar el poder de
fuego contra El Gadafi, boicotear las ya exiguas ventas de petróleo
del Gobierno y brindar ayuda aparentemente "no letal" a la
insurgencia.
Italia, que hasta ahora sólo había ofrecido sus bases militares,
anunció que se unirá a los bombardeos de la OTAN, y junto con
Francia llamó a los operadores del mercado petrolero a rechazar todo
tipo de comercio o transporte de hidrocarburos que beneficie a
Trípoli.
Por su lado, Estados Unidos hizo una excepción en las sanciones
económicas contra Libia y autorizó un monto de hasta 25 millones de
dólares para favorecer al opositor Consejo Nacional de Transición
(CNT) con ayuda "no letal".
La referida asistencia incluye uniformes, tiendas de campaña,
material médico y alimentos "Halal" (preparados según la tradición
islámica), radios y equipos de protección personal, entre otros.