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El gobierno sirio desplegó hoy más soldados en el suburbio
capitalino de Douma con el argumento de garantizar la seguridad,
mientras rechazó acusaciones de represión a manifestantes y difundió
confesiones de detenidos sobre alegados complots subversivos.
Cientos de uniformados con armamento y material antimotines
ingresaron a la localidad esta madrugada a bordo de autobuses
blancos con la misión de unirse a otros dos mil desplegados el
martes para impedir que agitadores alteren la estabilidad.
Las autoridades indicaron que se establecieron puestos de
vigilancia y retenes para verificar documentos de identidad en los
accesos de Douma, pero los opositores al presidente Bashar Al-Assad
denunciaron actos de intimidación y arrestos masivos allí y en la
sureña Deraa.
Los medios oficiales reiteraron que el despliegue de policías
apoyados por el Ejército responde a pedidos de los habitantes de
Douma y de Deraa, en la frontera con Jordania, para impedir ataques
de "bandas criminales armadas".
Un comunicado del Ejército sirio difundido por la agencia oficial
de noticias SANA y la televisión estatal aseguró que continuó la
captura de "grupos armados y extremistas en Deraa que habían atacado
posiciones militares, cortado carreteras e intimidado a
transeúntes".
Ambos medios señalaron tres soldados murieron y otros 15
resultaron heridos en esas acciones, y SANA reportó en las últimas
horas funerales de 15 soldados y policías cuyos cadáveres fueron
trasladados desde el hospital militar de Tishreen en procesiones de
respaldo al gobierno.
Igualmente se informó que en Dera perecieron o resultaron
lesionados varios elementos tildados de "terroristas
fundamentalistas", a la vez que se capturó a miembros de cédulas
radicales a quienes se les incautó gran cantidad de armas y
municiones.
La televisión oficial siria trasmitió anoche las confesiones de
Mustafa Ben Youssef Khalifa Ayash, identificado como integrante de
una célula islamista en Deraa, a quien algunos religiosos
convencieron de que "quienes nos atacan son sionistas y quienes
mueren son mártires".
Añadió que le pagaron 50 mil libras sirias como adelanto de un
millón de libras (unos 21 mil dólares) prometido para que alentara a
la "jihad" (guerra santa) contra el gobierno, según la trasmisión
que mostró numerosas armas y municiones confiscadas.