El gobierno japonés aprobó este viernes un proyecto de
presupuesto adicional de 49 mil millones de dólares para financiar
la reconstrucción en las zonas devastadas por el terremoto y tsunami
del mes pasado.
Primera de una serie de planes de emergencia, la propuesta se
presentará ante la Dieta (parlamento) el próximo jueves, en tanto su
promulgación se espera para el 2 de mayo, reporta Prensa Latina.
Estos fondos se destinarán a cubrir los gastos de recogida de
escombros en las regiones afectadas por el sismo de 9.0 grados en la
escala de Richter y el subsiguiente tsunami del 11 de marzo, según
explicaron legisladores.
Con ellos también se acometerán planes de viviendas temporales
para las víctimas de ambos desastres.
Buena parte de ese dinero se utilizará además en proyectos de
obras públicas, incluida la reparación de carreteas y puertos.
El presupuesto se financiará con recursos de fondos de pensiones
y de otros inicialmente previstos para aumentar el apoyo a las
familias con niños, en tanto no se descarta un incremento de
impuestos también con ese fin.
La Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica la
víspera llamó a las autoridades japonesas a duplicar el impuesto a
las ventas, hasta 10 por ciento, y a hacerlo efectivo lo antes
posible.
En recientes encuestas de medios de prensa, la mayoría de los
consultados se mostraron dispuestos a aceptar una medida de ese tipo
para financiar la reconstrucción en las áreas en el noreste del país
arrasadas por el terremoto y el tsunami, que dejaron más de 27 mil
muertos y desaparecidos.
Además de los enormes daños a la infraestructura y otros
sectores, Japón enfrenta una crisis en la central nuclear 1 de la
prefectura de Fukushima, seriamente afectada por esos desastres
hasta provocar escapes radiactivos que obligaron a evacuar a miles
de personas.
Los efectos de la catástrofe del pasado 11 de marzo se reflejan
también en las exportaciones, que en ese período disminuyeron 2.2
por ciento respecto a igual etapa anterior, primera baja en 16 meses
y en buena medida atribuida a las consecuencias del sismo y el
maremoto.