La muestra ha sido integrada por cuadros procedentes de museos y
colecciones de España, Italia, Francia, Reino Unido, México, Suiza,
Hungría y Estados Unidos, que deben arrojar luz para completar una
trayectoria de la cual el Prado posee medio centenar de obras
posteriores a 1630.
Particular interés despierta la posibilidad de apreciar cinco
obras que tienen como común denominador la historia sagrada
protagonizada por muchos personajes. Estos cuadros fueron realizados
por el maestro valenciano en su estancia en Roma y provocó un
enfrentamiento entre los defensores y detractores del naturalismo,
quienes sostenían que era un estilo inadecuado para representar
composiciones en las que se usaba una amplia variedad de acciones.
Frente a este debate, Ribera propuso un lenguaje naturalista que usó
de forma muy eficaz para dar credibilidad a las acciones, los
sentimientos y la relación entre los personajes.