TRÍPOLI, 15 abril.— El Comité Internacional de la Cruz Roja
(CICR) abrió hoy una oficina en esta capital, mientras se reportaron
más víctimas por causa de los bombardeos de la OTAN y el
recrudecimiento de los combates terrestres.
La
OTAN bombardea la ciudad de Misratah con el propósito de diezmar a
las fuerzas gubernamentales, pero sus acciones provocaron numerosas
víctimas civiles.
Una delegación del CICR integrada por cuatro personas comenzó a
operar desde Trípoli luego de recibir autorización del Gobierno de
Muamar El Gadafi para asistir a heridos y damnificados por los
fieros enfrentamientos en la ciudad de Misratah y otras zonas del
país, dijo PL.
Misratah, situada unos 200 kilómetros al oriente de esta capital,
es el principal bastión de la oposición armada en el oeste libio y
desde hace seis semanas es escenario de ataques de las tropas leales
a El Gadafi y de los alzados que se resisten a ceder su control.
De acuerdo con la televisión estatal, aviones de la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) también bombardean la ciudad
con el propósito de diezmar a las fuerzas gubernamentales, pero
provocaron numerosas víctimas civiles, incluidos mujeres y niños.
La oposición, a su vez, atribuyó a las acciones militares del
Gobierno la muerte de 23 personas el jueves y la decena de heridos
registrados hoy, de ahí que reclamó a la OTAN que su aviación
intensificara las operaciones sobre objetivos de El Gadafi.
Un médico declaró al canal catarí Al Jazeera que fuerzas
regulares dispararon cohetes contra la urbe por segundo día
consecutivo causando la muerte a ocho personas y heridas a otras
siete, incluidos niños y ancianos, dato imposible de contrastar con
fuentes oficiales.
Agencias humanitarias afirmaron que los bombardeos y la
inseguridad les impiden socorrer a los residentes de Misratah, como
también complicaron la descarga de medicinas y alimentos traídos en
un barco fletado por la ONU y que atracó en el puerto, pese a estar
cerrado.
Sin embargo, la Organización Internacional para las Migraciones
aseguró que un barco griego con cerca de mil 200 migrantes asiáticos
y africanos, muchos en mal estado físico por carecer de alimentos y
agua, zarpó este viernes desde Misratah hacia el bastión rebelde de
Benghazi.
La OTAN arreció los bombardeos en Trípoli, tanto contra objetivos
del Ejército como áreas residenciales y civiles que fueron
sobrevoladas por aviones de combate, haciendo activar las alarmas y
los disparos de baterías antiaéreas.
Las tropas fieles al líder libio también respondieron a la
ofensiva insurgente en la carretera del lado oeste de Ajdabiya,
donde murió un rebelde y dos más sufrieron lesiones cuando
preparaban un ataque con ametralladora antiaérea.
El plan de la oposición armada es avanzar en dirección oeste
hacia el enclave petrolero de Brega apoyándose en las incursiones
aéreas de la OTAN, que este viernes no reportó daños significativos
a los blindados y demás baterías de artillería gubernamentales.
En un artículo elaborado a seis manos, el presidente
estadounidense, Barack Obama, el francés, Nicolás Sarkozy, y el
primer ministro británico, David Cameron, advirtieron que continuará
la agresión contra Libia hasta que El Gadafi abandone el poder y el
país.
La advertencia divulgada hoy contrastó con el insistente llamado
hecho ayer desde El Cairo por los secretarios generales de la ONU,
Ban Ki-moon, y de la Liga Árabe, Amr Moussa, para un inmediato alto
el fuego y un diálogo político destinado a solucionar la crisis
libia.