Las
primeras 30 hectáreas con que la empresa citrícola de Ceiba, de la
provincia de Artemisa, inició en el pasado 2010 el programa de
reposición de sus enfermas plantaciones, muestran hoy tendencia al
incremento.
Igualmente gozan de buena salud otras cinco hectáreas
incorporadas a comienzos de este año sobre campos demolidos y que no
estaban previstas para este comienzo del 2011.
El objetivo fue sacarle provecho a las posturas, las tierras
listas, las áreas montadas en riego y la aplicación de las medidas
fitosanitarias aconsejadas.
El terrible Dragón Amarillo, enfermedad cuyo nombre científico es
huanglongbing, prácticamente atacó y aniquiló el cítrico de
Ceiba que, en el periodo óptimo de cosecha, se hacía notar en las
tarimas de los mercados capitalinos.
La empresa de Ceiba llegó a las 96 000 toneladas en el 2003,
volumen que la colocó a las puertas del compromiso que suscribió al
crearse: alcanzar las 100 000 toneladas.
Lo que resta del 2011 deviene reto para el colectivo.
Para elaborar el diseño técnico y organizativo de este plan y
alcanzar su objetivo, la entidad concentrará el grueso de la siembra
en dos etapas fundamentales: abril-mayo, y de octubre a diciembre.
Opinan los directivos y especialistas que, por sus
características, esos meses son ideales para que el cítrico crezca
sano y vigoroso, lo cual asegura la inversión.
Los "finqueros" involucrados en esta tarea consideran que llegar
al 2015 con el fomento de no menos de 3 000 hectáreas de cítricos y
otras 1 000 de frutales, es un compromiso realizable.
El rendimiento es básico en la economía empresarial. Estiman que
la calidad en las siembras, la selección y el trabajo con las
posturas y una eficaz y permanente atención harán que ese indicador
abandone los valores raquíticos que la enfermedad les ocasionó y
logre una mejoría gradual.
Por lo pronto, esperan promediar en las nuevas plantaciones unas
30 toneladas por hectárea y no detener la marcha.
Aunque hoy es una entidad donde los frutales tienen cada día una
influencia mayor, en Ceiba sus trabajadores proclaman que han sido,
son y serán grandes productores de cítricos.