La escalada por parte de Costa Rica en el diferendo fronterizo
con Nicaragua marcó esta semana el panorama político aquí, y relegó
a un segundo plano los preparativos para las elecciones de noviembre
próximo.
El martes y el miércoles funcionarios gubernamentales
costarricenses acompañaron a tres expertos de la Convención Mundial
de Humedales (Convención Ramsar) en incursiones sucesivas a Harbour
Head o Isla Portillos, un minúsculo pedazo de tierra pantanosa en la
desembocadura del nicaragüense río San Juan, que ambos países
reclaman como suyo.
Las autoridades de Managua protestaron por esas visitas y las
calificaron de un incumplimiento de las disposiciones de la Corte
Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre el diferendo
fronterizo que enfrenta a los dos países desde octubre del pasado
año, y de provocaciones por parte del gobierno de San José.
En ese sentencia, la CIJ dictaminó que "cada parte se abstendrá
de enviar o mantener en el territorio en disputa, incluido el caño,
a sus agentes, sean civiles, policías o efectivos de seguridad".
El gobierno nicaragüense atribuyó esas acciones a una
interpretación antojadiza y mal intencionada de su similar de Costa
Rica
Durante un discurso pronunciado el miércoles en León, el
presidente Daniel Ortega puso en duda el pretendido pacifismo del
gobierno de San José y señaló que seguramente Costa Rica va a actuar
dejando de lado el diálogo y va a avanzar hacia una confrontación
mayor, sobre todo en los organismos internacionales.
Hasta el momento el gobierno de la presidenta Laura Chinchilla ha
desestimado las protestas de Nicaragua y mantiene la intención de
continuar accediendo a la zona en disputa, lo que algunos
comentaristas atribuyen a un intento de desviar la atención de la
baja de respaldo a su gestión durante el primer año como mandataria.
Los dos países reafirmaron esta semana la disposición de reunirse
el próximo martes, probablemente en la localidad fronteriza de Peñas
Blancas, en territorio nicaragüense, y lo que parece no estar aún
definido es el nivel de los miembros de las delegaciones.
Nicaragua propone enviar una comitiva encabezada por el Canciller
Samuel Santos, acompañado por el jefe del Ejército, General Julio
César Avilés, y los ministros de Gobernación (Interior) y del Medio
Ambiente y los Recursos Naturales (Marena).
Sin embargo, la presidenta Chinchilla minimizó el jueves la
importancia del encuentro, que calificó de reunión técnica destinada
a intercambiar información y la preparación de acciones para
enfrentar el narcotráfico, informó Prensa Latina.