Le cuestan al país los centrales críticos

Juan Varela Pérez
juan.pvp@granma.cip.cu

Por sus pobres resultados nueve centrales no cumplen con esta zafra. Todos acumulan índices muy inferiores al plan en azúcar, caña molida, rendimiento industrial y elevados costos por tonelada métrica.

El déficit que estos dejan recaerá sobre los 30 ingenios más eficientes y de mejor desempeño. De haber sido parejo el comportamiento de los rezagados, ¿cuánta azúcar más tuviera hoy la zafra si cada una de esas entidades hubiese alcanzado el rendimiento en plan o, al menos, igualara la media actual de 10,67? ¿Hasta qué punto se verían favorecidos los costos?

Foto: ArchivoEl central Héctor Molina, el peor entre todos.

Pese a que los planes no fueron muy exigentes y daban margen al cumplimiento, el grupo de los rezagados ni siquiera los igualó para evitar el descalabro final.

Esta vez la zafra dispuso de mayor cobertura en los insumos y recursos asignados por el Estado y algunas inversiones fueron destinadas a solucionar dificultades de la campaña anterior en áreas como la planta moledora y generación de vapor. Lo lamentable es que tal esfuerzo no tuvo la respuesta esperada. Y se plantea un abanico de razones que van desde las roturas e interrupciones operativas hasta falta de control, exigencia y organización.

Pero ¿cuál es la injustificable situación de los nueve críticos?

El Héctor Molina, de Mayabeque, es el peor de todos. Sus indicadores están lejos del que debían tener. Muele solo al 48 %, al 61,2 está el plan de azúcar, el rendimiento es de 9,65 y la tonelada métrica de crudo cuesta 18 pesos más. Del propio territorio nada bien le ha ido al Boris Luis Santa Coloma. Aprovecha la mitad de su capacidad y en el resto de los medidores el comportamiento es pobre. El costo de la tonelada está entre los más altos.

Los tuneros confiaban en el potencial del Antonio Guiteras. No obstante la atención que tuvo en la etapa preparatoria, el comienzo fue muy malo. El débil comportamiento en el rendimiento (9,33) y molida de apenas el 71 % influyen en que hoy el panorama allí sea diferente para su provincia y la nación. A esa lastimosa situación se suman en ese territorio las caídas del Amancio Rodríguez y Majibacoa, con un panorama sombrío por igual. El primero incumple en todo y el último ha molido lejos de la norma potencial, pero en los finales de marzo da síntomas de reacción, quizás un poco tardía.

Nada bien andan las cosas por el Arquímedes Colina, de Granma. Marcha con la molida más baja del país (47,4 %) al 64,6 % el azúcar fabricada y similar cuadro enfrenta el resto de los índices.

El Julio Antonio Mella coloca a Santiago de Cuba en una posición difícil. Sus resultados deciden en la provincia y hasta el 20 de marzo el panorama era de 9,11 en el rendimiento y molida del 53 % y, por lógica, sumamente baja el azúcar y elevado el costo.

Para el Harlem, de la provincia de Artemisa, la complicación es igualmente grave. Sus registros de la eficiencia se asemejan a los demás integrantes del grupo y la materia prima estimada no da mucho margen para tapar sus baches productivos.

Matanzas confiaba de nuevo en el Mario Muñoz Monroy, pero esta vez todo ha sido diferente a campañas anteriores. Llaman la atención el 9,27 en el rendimiento que reporta, el 63,2 % de la norma potencial y el 79 % del azúcar planificado.

Los promedios no reflejan con toda objetividad el desarrollo de la zafra. Bastaría señalar que de los nueve críticos solo uno rebasa el 67,3 % de la molida del país, seis no llegan siquiera al 55 % y dos tienen menos del 50 %.

A punto de terminar la etapa más azucarera del año, por variadas y conocidas razones, el ambiente se torna difícil para los retrasados.

 

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