MÉXICO. — Incendios forestales de gran magnitud devoran este
viernes la flora en unas cinco mil hectáreas montañosas de difícil
acceso, en el norte del estado mexicano de Coahuila, informó el
Coordinador Estatal de Incendios Forestales.
La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) solicitó el apoyo de
personal especializado en los estados de Durango, Baja California,
Campeche, Querétaro y Quintana Roo para enfrentar el siniestro, con
focos activos en los lugares conocidos como El Bonito de Acuña y Las
Hayas, en el municipio de Múzquiz.
Especialistas aseguran que fuertes vientos provocaron el avance
de las llamas en una zona donde no existe una población de árboles,
sino matorrales, pasto y hojarasca secas que combustionan
fácilmente.
Paralelamente, hay alertas forestales en los estados de Puebla,
Nayarit, Veracruz, Oaxaca y Nuevo León, mientras en el capitalino
Distrito Federal se incrementaron los incendios de este tipo, según
fuentes de CONAFOR.
El estado de Puebla presenta la situación más crítica con 310
siniestros en lo que va de año, con perjuicios a unas tres mil 600
hectáreas, mientras continúa la sequía en la región, aseguraron
expertos.
En Nayarit también se intenta controlar un incendio en el Cerro
de San Juan, uno de los tres que enfrenta el estado actualmente.
Los incendios forestales son favorecidos por condiciones
climáticas de baja humedad, altas temperaturas y vientos fuertes,
mientras que en Tamaulipas rebasaron los pronósticos para este año,
al registrar hasta el momento 600 hectáreas de bosques quemadas,
según la delegación estatal de la CONAFOR.
En Oaxaca se reportan cuatro incendios activos, dos de ellos
graves, y el estado constituye un foco rojo por los 69 siniestros
registrados, que destruyeron la flora en unas dos mil hectáreas,
informó Juan Manuel Torres, quien precisó que la mayoría de los
hechos fueron provocados por irresponsabilidad.
El director de la CONAFOR en esta localidad, vaticinó un 2011
crítico para los bosques debido a que las fuertes lluvias del año
pasado aumentaron el material vegetativo, el cual se convierte en
combustible al secarse por la sequía prolongada y las heladas.