PARíS.— Amnistía
Internacional (AI) alertó al presidente francés, Nicolas Sarkozy,
sobre la situación de los derechos humanos en Francia, y en
particular de las políticas y las reformas legislativas referidas al
trato con los inmigrantes y los refugiados.
"Con demasiada frecuencia, Francia habla de seguridad y de
control de los flujos migratorios, pero mucho menos del respeto de
los derechos humanos y de las libertades fundamentales", se quejó
hace unos días atrás AI en una carta abierta a Sarkozy, según un
despacho de EFE.
La organización no gubernamental (ONG) destacó las
"contradicciones" del mensaje que Francia ofrece a partir de estas
posiciones, y eso pese a que el país tiene un "papel de primer plano
para que en todas partes y para todos los derechos humanos no sigan
siendo ni teóricos ni ilusorios".
Un papel —añadió— que no se puede ejercer si el Estado no pone
"en el centro de su acción" de política interior y exterior el
objetivo "real y concreto del respeto de los derechos humanos".
Amnistía Internacional criticó tanto el proyecto de ley sobre la
inmigración y el derecho de asilo como el debate que lo rodea porque
"ilustran perfectamente el rechazo asumido de proteger a los
inmigrantes y a los demandantes de asilo apoyándose en una retórica
de la sospecha".
A ese respecto, se refirió a las declaraciones del ministro de
Interior, Brice Hortefeux, que se felicitó durante los
acontecimientos en Túnez de que las autoridades hubieran
"reaccionado con mucha eficacia" de forma que hubieran conseguido
detener la salida de clandestinos hacia Europa.
La ONG también recriminó unas polémicas declaraciones a comienzos
de enero de la ministra francesa de Exteriores, Michèle Alliot-Marie,
interpretadas como una oferta de ayuda a las fuerzas de seguridad
del régimen del depuesto presidente de Túnez, Zine el Abidine ben
Alí, en los días en que intentaba reprimir las protestas justo antes
de su caída.