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Estados Unidos y la Unión Europea
Recortan los gastos sociales, pero hay dinero para
la guerra
Marcelo Justo
La operación "Odisea del Amanecer" contra las fuerzas de Muammar
al Gaddafi en Libia muestra que los problemas fiscales de los países
desarrollados no afectan el lanzamiento de misiones militares.
En
Libia, Estados Unidos se gasta 100 millones de dolares al día.
Mientras se recorta el gasto social y se congelan salarios y
pensiones estatales citando dificultades financieras insoslayables,
los operativos militares se llevan adelante con un simple cálculo de
costos.
En el máximo deudor planetario, Estados Unidos, se estima que el
costo de los misiles de un solo día asciende a unos 100 millones de
dólares: una operación prolongada costaría varios miles de millones.
En el Reino Unido, que vive bajo la sombra de uno de los recortes
fiscales más drásticos de la Unión Europea (UE) se estima que cada
misil cuesta unos 700 mil dólares, mientras que una salida del avión
de combate Tornado se sitúa en unos 40 mil.
Hasta en Grecia, que debió ser rescatada por la UE y el Fondo
Monetario Internacional, (FMI), el año pasado, un canal televisivo
puso esta semana el grito en el cielo al calcular que aún la
marginal participación griega en el conflicto costaría un millón de
euros por día.
"Es un despropósito. Hay una especie de tabú a la hora de hablar
del costo de un conflicto. Las prioridades de la clase política en
muchos países es deplorable", señaló a BBC Mundo Chris Nineheam,
portavoz de la organización Stop the War Coalition en Londres.
Diferentes escalas
Ajustes de países europeos participantes en el operativo:
*Reino Unido: recortes de unos 130 mil millones de
dólares.
*Francia: recortes de unos 60 mil millones en los próximos
tres años.
*España: aumentos impositivos, congelamientos salariales,
recorte de inversión fiscal y reducción de beneficios jubilatorios.
*Grecia: tres paquetes de ajuste a cambio de rescate de
146 mil millones de dólares de la Unión Europea y el Fondo Monetario
Internacional.
Más allá de la polémica sobre las razones diplomáticas o
humanitarias para intervenir en Libia, lo cierto es que el tema
económico no parece figurar entre las prioridades a la hora de tomar
decisiones.
Muy diferente ha sido el discurso político en Occidente sobre
gasto social desde el estallido financiero del 2008.
El legado de masivos déficit fiscales ha llevado a muchos
gobiernos de la Unión Europea a apuntar contra diversos pilares del
modelo social inclusivo europeo porque son "financieramente"
insostenibles.
El primer ministro británico David Cameron, que ha liderado
diplomáticamente el operativo contra Gaddafi, justificó los recortes
anunciados el año pasado (unos $120 mil millones en los próximos
cuatro años) diciendo que "nuestro estilo de vida va a tener que
cambiar".
"Estos recortes se presentaron como inevitables. No había dinero
en la caja. Pero parece que para una intervención en Libia sí hay
dinero", señala Nineheam, de Stop the War Coalition.
En Estados Unidos la Cámara de Representantes aprobó una
reducción presupuestaria de más de 60 mil millones en febrero.
En la eurozona, países que participan del operativo como España o
Grecia no han dudado en cortar servicios públicos para lidiar con
sus respectivas crisis fiscales.
Una
cuestión de tiempo
El costo de esta intervención dependerá en gran medida de su
duración.
Un ex miembro del Pentágono, Dov Zkaheim, estimó que el
Departamento de Defensa necesitará enviar un pedido de fondos de
emergencia al congreso si el costo militar de la operación en Libia
llega a los mil millones de dólares.
El gobierno británico presentó su nuevo presupuesto y la
austeridad gubernamental sigue abierta a cuestionamientos.
"Se dice que el estado es demasiado grande y hay que achicarlo,
pero parece que el estado es suficientemente grande para imponer
militarmente su voluntad en el Medio Oriente y es muy chico para
salvar una biblioteca pública del recorte", señala Nineheam de Stop
the War Coalition.
En gran medida, este tema cobrará relevancia en el clima de
austeridad fiscal que viven los países desarrollados dependiendo de
la duración del conflicto, reseña la BBC. |