MOSCÚ, 16 marzo.— Más de 50 rusos regresaron hoy a esta capital
desde Japón, donde en los últimos días empeoró la situación
radiactiva tras los estallidos ocurridos en los reactores de la
planta nuclear
Fukushima-1.
Los 56 nacionales llegaron a este país después de solicitar su
salida voluntaria desde el país asiático, cuyas autoridades calculan
en casi cinco mil los muertos por el sismo.
Por su lado, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, consideró que
las centrales atómicas pueden ser seguras, aunque para ello debe
escogerse apropiadamente el lugar, el diseño de la instalación y el
operador de la central.
Medvedev se refirió al tema nuclear al reunirse en esta capital
con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, con quien
analizó las labores para la construcción de la primera central
atómica en la localidad turca de Akkuyu, dijo PL.
Las autoridades rusas consideran innecesario la evacuación del
personal de la embajada rusa en Tokio, desde donde el jefe de
Gobierno nipón, Naoto Kan, orientó la medición de la radiactividad
nuclear en todo el país.
Rusia reforzó el monitoreo de la situación ecológica, en especial
la radiactiva, en toda su región del Lejano Oriente, incluida la
provincia de Primorie, la isla de Sajalin y la península de
Kamchatka, así como sus cuatro islas en las Kuriles del sur.
Una brigada de socorristas, dotada con todos los equipos para
trabajar de forma autónoma, así como personal médico y ayuda
humanitaria procedente de Rusia llegó hoy a Japón.
La Cancillería nipona advirtió, sin embargo, que la aceptación de
la ayuda rusa de ninguna forma pone fin a la disputa en torno a la
soberanía de las islas Kuriles del sur, señaló la prensa capitalina.