El presidente ruso, Dmitri Medvedev, dispuso el envío de ayuda
humanitaria a Japón, afectado por un fuerte terremoto y por un
tsunami, con saldo superior a los mil 700 muertos y pérdidas
multimillonarias, reporta Prensa Latina.
Con anterioridad, Medvedev expresó ayer la disposición de su país
para brindar el apoyo necesario al estado vecino, pese al
recrudecimiento del diferendo entre ambas naciones en torno a la
soberanía de las islas Kuriles del sur.
Por su lado, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, se reunió
con funcionarios del Ministerio de Situaciones de Emergencia, de la
esfera energética y de la empresa Rosatom, a quienes orientó aplicar
medidas preventivas para lidiar con posibles consecuencias del sismo
en Japón.
El jefe de Gobierno solicitó aumentar el suministro de gas
licuado al estado asiático, al considerar que el movimiento telúrico
afectó la disponibilidad de ese combustible.
Asimismo, aunque se conoce que la explosión registrada esta
jornada en el complejo nuclear Fukusima, suministrador de
electricidad a Tokio, no causó contaminación radiactiva, Putin
ordenó monitorear la situación ecológica y prepararse por si es
necesario actuar.
El primer ministro también consideró que pese a las diferencias
entre ambos países por las islas Kuriles, diferendo heredado de los
tiempos de la Unión Soviética, Japón es un socio económico crucial
para Rusia.
Por su lado, al menos 36 turistas deberán esperar por el vuelo
regular de aerolíneas japonesas a Rusia, suspendido en medio de la
irregularidad que vive el estado asiático en su sistema de
transporte tras registrar el terremoto más intenso en medio siglo.
La Cancillería rusa recomendó evitar los viajes a suelo nipón, a
no ser en caso necesario.