Mujeres que alumbran con sus manos

RAQUEL MARRERO YANES

Quienes recorren las calles y vericuetos de la Habana Vieja y se deleitan ante el renacer de sus construcciones y servicios, desconocen que tras cada detalle se esconde el prodigio de las manos de mujeres como María Elena, Yolanda, Regla, Yoreymi¼ A propósito de este 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, Granma conversó con dos de ellas e intentó adentrarse en su quehacer cotidiano dentro de las labores de la Oficina del Historiador de la Ciudad, y como parte de sus rutinas de cubanas a plenitud.

SALVANDO LETRAS

María Elena Torres Vega nos recibió en un iluminado y amplio taller del Gabinete de Conservación y Restauración del Centro Histórico, mientras trabajaba en la encuadernación de un libro. Allí conocimos que la faena de restauración de estos, es totalmente manual. Primero se realiza el dictamen técnico al texto, luego se limpian sus hojas, se encuadernan, se verifican las costuras¼ , por último, se le da el acabado en la prensa.

Fotos: Otmaro Rodríguez Para María Elena no existen libros insalvables. Por muy deteriorados que estén, sus manos son capaces de devolverles la vida.

Restaurar libros constituye una valiosa labor ignorada por muchos. Mediante esta actividad se rescatan textos de colecciones de bibliotecas y museos, útiles para preservar el pasado, dice María Elena.

Para ella no existen libros insalvables. Por muy deteriorados que estén, sus manos son capaces de "devolverlos a la vida", lo cual constituye su mayor satisfacción.

"Es una profesión que requiere empeño, creatividad, pero también mucha paciencia, pues la mayoría de los libros que llegan a mis manos no pueden ser restaurados en un solo día, sino que requieren de hasta una semana de labor", explica.

Los restauradores son también artistas. Es un trabajo que está muy relacionado con la creatividad de cada persona y la voluntad para asumir cada obra. En ello María Elena es de vanguardia, entre su timidez y las manos marcadas por 35 años en esta labor, se descubre una mujer sencilla, orgullosa de cada obra restaurada, de cada letra salvada¼ De eso dan fe María de los Ángeles, Zoe y Ana, Yaraisa y Michel, quienes comparten con ella la jornada diaria.

El libro Cuba en la mano lo recuerda como uno de los que más trabajos le dio, aunque por sus palmas han pasado incontables volúmenes raros y valiosos, ejemplares únicos de alto valor museable pertenecientes a las más diversas colecciones.

DULCES EMPEÑOS

"Jamás imaginé que iba a trabajar el chocolate, que iba a pasarme horas y horas envuelta en su hipnotizante aroma. Ahora, más allá de su color, fragancia y textura, lo que más atrae mi atención es el trabajo de producción artesanal que realizamos en el Museo del Chocolate, perteneciente a la firma Habaguanex", confiesa Yoreymi Batista Navarro.

Yoreymi ha trabajado los más diversos productos del chocolate, aunque la variedad que prefiere elaborar es la del bombón relleno.

Esta joven profesional, apasionada con su trabajo y entusiasta, es técnica en Elaboración de Alimentos y sus primeros pasos como trabajadora fueron en el Instituto de Investigación para la Industria Alimentaria, en el departamento de chocolatería. Desde allí fue captada para integrar el colectivo que laboraría en el Museo.

"Imaginé entonces que iba a trabajar en un lugar donde el mayor tiempo me dedicaría a explicar la historia del chocolate; sin embargo, apenas unas horas me bastaron para comprender la magnitud e importancia de esta institución concurrida por personas de diversas generaciones y países, pero con un detalle en común: su afición por el chocolate".

Yoreymi se ha desarrollado lo mismo como artesana en el área de producción, gastronómica en la cafetería, o dependienta en el área de venta; ahora, además, ha tenido que asumir un reto mayor, pues bajo su responsabilidad recae chequear la calidad de cada producto o servicio que se ofrece en la institución, aunque sigue prefiriendo la elaboración directa.

Sus manos le han dado al chocolate las más diversas formas y texturas. Elaboradas con cacao cubano de la región de Baracoa, de su creatividad han nacido dulces figuras como delfines, gatos, caballitos de mar¼ , aunque la variedad que prefiere trabajar es la del bombón relleno, por el preciosismo que requiere.

De no haber elegido esto me hubiera decidido por alguna otra labor en la que las manos tuvieran un papel protagónico, nos dice y sonríe.

Yoreymi confiesa sentirse realizada como joven profesional, mas todavía le quedan sueños por cumplir. "A mis pequeños, el día que lleguen, les enseñaré a hacer todo en la vida con amor, pasión y entusiasmo".

La abnegación con que las cubanas como María Elena y Yoreymi enfrentan día a día sus tareas cotidianas, son una muestra de cómo ha ido creciendo su protagonismo en nuestra sociedad.

Y en la medida en que todos los espacios de la vida terminan de derribar los muros de la discriminación de género, donde aún vegetan limitaciones y autocensuras, serán mayores las oportunidades de las mujeres de dar a luz, con manos propias, obras tan necesarias y nobles.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Comentarios | Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir