MANAGUA, 8 marzo.— Nicaragua acogió hoy con satisfacción la
decisión adoptada por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La
Haya en relación con las demandas presentadas por Costa Rica en su
contra ante ese tribunal de las Naciones Unidas.
La CIJ desestimó la pretensión tica de que Nicaragua detenga el
dragado del río San Juan, que en parte de su recorrido sirve de
frontera común, y ordenó a los dos países abstenerse de enviar
personal militar o civil al territorio en disputa mientras el propio
tribunal no resuelva de forma definitiva el diferendo, entre otras
decisiones, dijo PL.
Ese fallo es el resultado de la unidad nacional en torno a este
tema y de la adecuada conducción del presidente Daniel Ortega, opinó
el vicecanciller nicaragüense Valdrack Jaentschke.
En términos similares se pronunció el historiador y analista Aldo
Díaz Lacayo, quien calificó la decisión de la CIJ de un triunfo más
de la acertada política internacional del mandatario nicaragüense,
quien -afirmó- actúa apegado a derecho y en el marco del respeto y
la armonía entre las naciones.
Por su parte, el ex canciller y sacerdote católico padre Miguel
d'Escoto calificó de un triunfo de la justicia la decisión de la CIJ,
que -dijo- obliga a Costa Rica a deponer sus actitudes guerreristas
y a buscar la armonía con Nicaragua.
"Costa Rica hace alharacas, dice mentiras para crear miedo en su
propio pueblo hacia Nicaragua e ir incrementando el armamentismo",
opinó d'Escoto, quien presidió la Asamblea General de las Naciones
Unidas de junio de 2008 a septiembre de 2009.
Señaló que Costa Rica siempre ha alegado no tener ejército, pero
tiene un presupuesto de defensa cinco veces mayor que el de
Nicaragua y "está siendo fuertemente presionada por el Pentágono
para que se arme y mantenga la base militar que prácticamente ya
tienen los gringos en ese país".
Para Mauricio Herdocia, experto en derecho internacional, el
fallo de la CIJ es conciliatorio, moderado y balanceado, y da a cada
parte una cuota importante de reivindicaciones.
Recordó que este fallo se refiere a las medidas cautelares
solicitadas por Costa Rica, pero que el juicio continúa su curso,
entre otros aspectos, para resolver la cuestión de soberanía sobre
el sector oeste de la Laguna de Harbor Head, en la desembocadura del
río San Juan.
Esta es la oportunidad, opinó Herdocia, de transformar este fallo
en el "modus vivendi entre ambos países", mientras llega el fallo de
la CIJ, dentro de cuatro o cinco años.