"Categóricamente sí", afirma el Doctor en Ciencias Médicas
Fernando Domínguez Dieppa, presidente de la Sociedad Cubana de
Pediatría y una reconocida autoridad en el campo de la Neonatología.
"Diría más: Es indispensable, no se puede prescindir de este
proceder, porque fundamentalmente el interrogatorio y la exploración
del bebé aportan a los neonatólogos alrededor de un 80 % de los
elementos científicos necesarios para establecer un diagnóstico de
certeza".
¿Interrogatorio?, preciso. Al contrario de lo que pudiera
pensarse, dice, un bebé sí puede "expresar", y con mucha claridad,
lo que siente. Ahí está también para ayudarlo la historia clínica
que contiene información desde antes del periodo gestacional, los
antecedentes de su madre y del embarazo, que nos revelan, desde
antes de nacer, datos sobre su posible estado de salud, riesgos de
enfermar, de presentar secuelas por algún trastorno e incluso la
existencia de alguna amenaza contra su vida, informaciones que
podemos complementar con los relatos de sus padres.
En cuanto a los exámenes de laboratorio y de imagenología es
importante subrayar que, si a otras edades algunas de estas pruebas
complementarias entrañan determinado riesgo para la salud, ¿cómo
indicar indiscriminadamente entonces siquiera un "simple" examen
sanguíneo a un recién nacido, cuando sabemos que su organismo
dispone apenas de un cuarto de litro de sangre (en los nacidos a
término), muchos de sus órganos se encuentran todavía en proceso de
maduración y su inmunidad está disminuida?
Incluso en los primeros días de vida debe evitarse cualquier
examen que les cause dolor y sufrimientos innecesarios, partiendo de
que esas sensaciones molestas pueden originarles trastornos para la
salud a corto o largo plazo, y hasta afectar su calidad de vida.
El profesor Domínguez considera que la Medicina Interna y la
Pediatría son "ciencias clínicas hermanas", con la particularidad de
que esta última se ocupa de un ser que está en pleno crecimiento y
desarrollo. Y aunque reconoce la existencia de una crisis a nivel
internacional en el empleo del método clínico, plantea, sin embargo,
que ello no ocurre así en la Neonatología, dedicada a la atención
del recién nacido sano y enfermo, porque sencillamente esta
subespecialidad de la Pediatría no puede prescindir de ese proceder
científico en el estudio del proceso salud-enfermedad.
El doctor Domínguez es Miembro de Honor de la Academia Americana
de Pediatría y de la Sociedad Americana de esa especialidad.