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Zafra azucarera
Ineficientes bajo la sombrilla de los mejores
Juan Varela
Pérez
La medición global de los indicadores capitales de la actual
zafra azucarera refleja, según los números, un ritmo normal en su
desarrollo. Tal evaluación se apoya en el obsoleto esquema de tomar
como patrón el valor promedio que cubre con la sombrilla de los
centrales eficientes, el mal trabajo de otros.
La producción
cañera y el incremento del rendimiento por hectárea es lo
fundamental para tener zafras mayores.
El adelantar la arrancada en 17 centrales contribuyó para iniciar
el año 2011 con ventaja en el plan. Mas el reto estaba en ampliar el
abasto de caña y trabajar con un mínimo de tiempo perdido en la
industria.
Hasta el cierre de febrero, la caña molida, rendimiento
industrial, producción de azúcar y estimado agrícola rebasaban, en
mayor o menor grado, sus respectivos planes. Una falla en cualquiera
de ellos bastaría para alterar el equilibrio que una zafra necesita.
O sea, la situación al comenzar marzo se inclina hacia el
cumplimiento, pero la ventaja, por ejemplo, entre la norma potencial
de molida y el acumulado real es mínima (el 1%), y la tendencia es
al descenso.
Durante este mes, por lo general, el rendimiento industrial
alcanza su clímax, periodo que se caracteriza por ser muy azucarero,
pero exige arrimarle suficiente caña al basculador.
La molida, como rectora de la zafra, es capaz de organizar el
sistema y respaldar la eficiencia en su concepto más integral.
El coloso Uruguay
rompe todas las viejas teorías y prueba que también los centrales
grandes pueden ser eficientes.
Vivimos una época que no admite enfoques anacrónicos (tales como
comparar esta zafra con la pasada), una de las peores de los últimos
años, y argumentar, sobre bases falsas, un supuesto crecimiento. La
referencia debe concentrarse en el plan aprobado y tratar de hacer
un extra, pero mediante el ahorro de materia prima por la vía de la
eficiencia agroindustrial.
Los técnicos y jefes de pelotones de combinadas y de brigadas de
macheteros están obligados a seguir de cerca la calidad de la
cosecha para proteger las toneladas que los productores afirman
tener por hectárea.
¿Cuánta materia extraña (paja, cogollo, tierra¼
) se habrá pagado como si fuera caña, por irregularidades y
violaciones? A esto se suma el daño que origina en el proceso
industrial y en el uso deficiente de los medios de tiro. Las pruebas
para conocer el volumen de las impurezas que ingresa al ingenio
junto con la caña, no son del todo confiables por falta de
sistematicidad, exigencia y control.
NO TODO VA BIEN
Esta zafra tiene igualmente sus puntos débiles que pueden influir
en el balance final. Nada bien les va a los centrales Majibacoa,
Héctor Molina, Arquímedes Colina y Julio Antonio Mella, cuyos
pálidos registros ponen en desventaja a las provincias de Mayabeque,
Las Tunas y Santiago de Cuba. Igual panorama se observa en el único
central de Guantánamo.
Esos ingenios son responsables de buena parte de casi el 9% del
tiempo que el país pierde por roturas e interrupciones operativas.
El déficit en azúcar que esto causa lo asumen temporalmente los
centrales Melanio Hernández, 14 de Julio, Uruguay, Antonio Sánchez,
Batalla de Las Guásimas, Heriberto Duquesne y 30 de Noviembre,
integrantes de la vanguardia y baluartes en los lugares que tienen
Sancti Spíritus, Camagüey y Cienfuegos. Por el paso que llevan, este
grupo debe concluir la molida según el calendario, o antes.
Algunos no acaban de entender que el rendimiento en azúcar no es
un indicador más. Cierto que el plan nacional se cumple al 104%,
pero ¿quién suple al cerrarse las operaciones el crudo que no pueda
fabricar el Antonio Guiteras, uno de los grandes, con el rendimiento
acumulado más bajo del país: 9,00? Por idéntico camino transita el
Julio Antonio Mella, que rebasa ligeramente el nueve.
En la línea opuesta aparece el Uruguay, otro de los colosos, y
cuyo rendimiento hasta finales de febrero de 11,64 es el segundo
mejor, superado únicamente por el 12,49 del Enidio Díaz Machado.
Grafiquemos en términos de azúcar lo que significa la diferencia
entre el Guiteras y el Uruguay. Mientras el tunero obtiene 9
toneladas de crudo por cada 100 toneladas de caña molida, el
espirituano consigue casi 12 toneladas en igual volumen procesado.
Esta vez no puede repetirse lo de anteriores campañas, al no
existir caña para enfrentar la ineficiencia. Y nadie admitirá el
disparate de acudir a cepas que están en el programa de la zafra del
2012.
Los directivos del Ministerio del Azúcar informaron a Granma
que las plantas de refinar acumulan más del 40% del plan anual,
lo cual no se lograba, por esta fecha, hace muchos años. Esos
colectivos trabajan para alcanzar durante el desarrollo de la zafra,
el 70% del plan y así abaratar los costos al utilizar el vapor de la
industria.
Por ese concepto han dejado de consumir unas 5 000 toneladas del
petróleo que el Estado asigna para el refino. Los centrales, además
de autoabastecerse de electricidad, han aportado al Sistema
Electroenergético Nacional más de 32 000 mWh, empleando como
combustible la biomasa cañera.
Si tuviéramos más caña¼
En estos días es frecuente escuchar "si tuviéramos más azúcar, a
los elevados precios de hoy, el país obtendría buenos ingresos¼
". Pero el cristal dulce no se fabrica en los centrales, viene
contenido en la caña, y la industria lo extrae en el proceso que
separa sólidos y líquidos.
Las capacidades actuales son suficientes para zafras muy
superiores, pero la limitación está en la baja de los rendimientos
de caña por hectárea, debido a la falta de atención a las
plantaciones.
Incrementar los niveles de siembra, especialmente entre noviembre
y abril, y prever alternativas para el riego en las tierras
entregadas en usufructo por el Decreto-Ley 259, y resembrar los
campos de retoño mediante la aplicación del riego o la cachaza
fresca, son parte de esta fase recuperativa.
Importante por igual son las labores culturales a tiempo y con
calidad al tener garantizados los recursos necesarios: desde enero y
hasta el 20 de febrero se sembraron 3 429 hectáreas para un 119% de
lo señalado para la etapa.
En el fomento cañero es vital la sistematicidad, el adecuado
tratamiento y el manejo de las semillas, e impedir la chapucería y
las violaciones técnicas en la preparación de los suelos.
No hay otra fórmula para tener más azúcar en un futuro cercano.
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