Cálculos preliminares estiman en más de ocho mil millones de
dólares las pérdidas en Nueva Zelanda por un violento sismo que
provocó más de 70 muertos,
reporta Prensa Latina.
Según expertos de AIR Worldwide, dedicada a evaluar los efectos
financieros para las empresas aseguradoras, la cifra se calcula en
unos ocho mil 600 millones de dólares, algo sin precedentes en esta
nación.
El comunicado, dado a conocer en esta capital, se une a una
información oficial que anunció la muerte de al menos 75 personas y
la desaparición de 300, sobre todo en la ciudad de Christchurch, de
casi 400 mil habitantes.
Las autoridades en la localidad decretaron el toque de queda
mientras proseguían las labores de búsqueda en medio de una tremenda
destrucción de edificaciones en dicha población, la segunda del
país.
El primer ministro neozelandés, John Key, dijo que "la muerte y
la destrucción tuvieron una magnitud terible", a la vez que grupos
rescatistas intentaban una desesperada acción contra el tiempo.
Tras el sismo del martes, de 6,3 grados en la escala de Richter,
se han producido continuas réplicas que dificultan las tareas de
hallar sobrevivientes y crean una tensión elevada entre los
pobladores.
En Nueva Zelanda se registran anualmente unos 14 mil temblores,
de los cuales el 20 por ciento alcanza o supera los cinco grados y,
en Christchurch, ya ocurrió otro muy fuerte en septiembre pasado.
Además del toque de queda en esa ciudad, el Gobierno decretó
emergencia nacional.
Nueva Zelanda se ubica en el llamado Cinturón de Fuego del
Pacífico, región donde se producen cerca del 70 por ciento de los
movimientos telúricos del mundo.