CALIMETE.— Un hecho casi increíble, pero real, despierta la
curiosidad de los pobladores de esta sureña localidad de la
provincia de Matanzas.
La perrita Pelusa, mascota en el hogar de Aida Sotolongo y
Ricardo Peralo, aceptó amamantar a una ternera huérfana desde los
siete días de nacida.
Aida y su esposo se alegraron del gesto de la madre adoptiva, que
había tenido su último parto en el mes de junio del año pasado. Por
eso nos asombró que pudiera amamantar, dijo Peralo.
Sin dudas, Pelusa ha contribuido a la crianza de la becerra, la
cual ya alcanzó los dos meses de vida y se recupera de problemas
digestivos.