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Entrega de tierras en usufructo
Limpiando Minas de marabú
MIGUEL FEBLES HERNÁNDEZ
Aunque el municipio de Minas ocupa el séptimo lugar de la
provincia de Camagüey por su extensión territorial, constituye un
fuerte baluarte en el sector agropecuario, con un peso decisivo en
las producciones porcina y avícola, un despegue significativo en el
acopio de leche vacuna y discretos avances en los cultivos varios.
En
la Finca El Mamey crecen saludables el tomate, el ají y el frijol
entre el coco, la guayaba y los cítricos.
Esa es una responsabilidad que comparten las 45 unidades
enclavadas en la localidad, de cuyos aportes dependen el suministro
estable de productos del agro al norteño municipio y los envíos a la
cabecera provincial.
Si bien la estrategia de desarrollo ha sido diseñada sobre la
base de la creación de cinco polos productivos y el afianzamiento
del programa de agricultura suburbana, nada desdeñable resulta el
creciente papel de los usufructuarios de tierra, desde que hace poco
más de dos años se aprobara el Decreto-Ley 259.
"Aquí comenzamos con un potencial de 34 500 hectáreas de tierras
ociosas, de las cuales ya se entregaron 19 375 a 1 489 personas
naturales y jurídicas, destinadas, en lo fundamental, a la ganadería
y los cultivos varios", explica Jorge Luis Jiménez, subdelegado
municipal de la Agricultura.
"A muchos de esos productores se les dio una tabla de marabú y ya
hoy entregan leche, viandas, carneros¼
Hay algunos que avanzan más rápido que otros, según los recursos de
que disponen, pero en general la respuesta ha sido muy favorable. El
78 % de la tierra entregada está en explotación."
El porciento restante no debe tardar en activarse, dado que solo
bajo el compromiso de producir fueron asignados los terrenos.
"Yo fui el primer campesino que pidió tierras en este municipio y
me ha ido bastante bien", asegura con un dejo de orgullo Jaime Cobas
López, quien en su finca La Deseada se ha especializado en la
reproducción equina, además de incursionar en la ceba estabulada de
toros, el cultivo de viandas y la cría de cerdos.
Asociado también, al igual que Jaime, a la Cooperativa de Crédito
y Servicios Primero de Mayo, Claudio Dones Loyola aprovechó la
experiencia acumulada en el vivero El Roble, para transformar las
tierras que recibió en usufructo en un verdadero jardín, donde
crecen vigorosas más de 50 especies de frutales.
"Mientras estas variedades ganan en desarrollo —afirma Claudio—
no nos cruzamos de brazos: tenemos calabaza, tomate, ají, frijol,
aves de corral y una buena cría de cerdos, que debe ampliarse mucho
más apenas se concluya la nueva cochiquera que estamos
construyendo."
RUMBO A LA COOPERATIVA "SORPRESA"
Al norte del municipio, en la zona de Lugareño, la Cooperativa
Benito Viñales impresionó con una noticia inesperada: cerró la
campaña lechera del 2010 como millonaria, condición que constituyó
una verdadera sorpresa dada su tradicional especialización cañera.
"De esa cifra —aclara Roberto Prada Reyes, su presidente— 483 000
litros (47 %) fueron aportados por los nuevos usufructuarios de
tierra, que en nuestra cooperativa suman ya 160, mientras otros 35
se encuentran en trámites".
"Como campesino le digo: si se asume con responsabilidad, esta ha
sido la mejor decisión que ha podido tomar la máxima dirección del
país respecto a la agricultura", comenta Abel Lozada González, quien
por sus resultados y prestigio en la Cooperativa 17 de Mayo fue
electo delegado al X Congreso de la Asociación Nacional de
Agricultores Pequeños (ANAP).
Para demostrarlo, refiere que a dos años del primer "choque" con
el marabú tiene más de 200 chivos, 52 reses, un coto de cerdos
criollos y 13,6 hectáreas de cultivos, entre plátano, frijol, yuca,
piña y caña, además de concretar hasta ahora la venta de 127
animales, 20 000 litros de leche y 135 toneladas de viandas.
No todos, por supuesto, pueden exhibir logros similares; otros
decidieron retirarse, al comprobar que la tarea no resultaba fácil
ni era cuestión de embullo pasajero. Quedan quienes enfrentaron el
reto a sabiendas de que significaba una buena cuota de sacrificio.
Más que exigir beneficios personales, los nuevos usufructuarios
coinciden en la necesidad de mejorar la distribución de los insumos,
que no lleguen a destiempo y se priorice a quienes más aporten, e
insisten en que se eliminen las incongruencias y obstáculos que
entorpecen el proceso productivo.
Según Lozada, de lo que se trata es de que haya seriedad en los
compromisos que se asumen ante los productores, sin crear falsas
expectativas, con pleno convencimiento de que la base del programa
de entrega de tierras en usufructo se sustenta en el esfuerzo de
cada campesino. |