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Necesidad no es amparo de desorden
Germán Veloz Placencia
Contar con una vivienda es un anhelo que no tiene discusión, pero
ocupar sin permiso de las autoridades correspondientes un terreno
para construirla, constituye un acto ilegítimo. Esto último lo pasan
por alto muchas personas y es un asunto bien conocido por Joel Ronda
Pupo, presidente del Consejo Popular de Agua Clara (82 kilómetros
cuadrados, con más de 7 000 habitantes), una de las 21 estructuras
de este tipo en el municipio de Holguín.
Urbanizar lo que
surgió sin orden es prácticamente imposible.
"El barrio de Guajavalito —explicó— es ejemplo vivo del
crecimiento constante de Agua Clara. De acuerdo con la información
que tengo, los primeros solares fueron entregados en 1970, hasta que
hubo una explosión de solicitudes aprobadas en 1980. Luego se fue
algo de la mano el control, y la gente empezó a actuar
indisciplinadamente".
Así aumentaron en espacio los barrios y los asentamientos
existentes, y surgieron otros, hasta llegar a más de una decena en
el Consejo Popular. No se tuvieron en cuenta límites territoriales,
requerimientos urbanísticos, condiciones de habitabilidad y destino
de las áreas.
VIOLACIONES EN CÍRCULO
Las dificultades que trae el crecimiento no planificado de las
áreas poblacionales afectan en conjunto al municipio de Holguín, que
tiene un fondo habitacional de unas 105 057 viviendas y, de acuerdo
con la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), alrededor de 342 717
habitantes.
En el panorama de
la ciudad de Holguín conviven la urbanización y el desorden
constructivo, como se observa al fondo de esta imagen en la Loma de
los Guillenes.
Armando Jesús Pérez, jefe del Departamento que en la Dirección
Municipal de Planificación Física confecciona el Plan de
Ordenamiento Territorial y Urbano, precisó que evalúan y elaboran
variantes para el desarrollo de los barrios y asentamientos.
"Mientras se espera para construir lo planificado, aparecen las
personas que ocupan arbitrariamente partes importantes de las áreas
escogidas. Uno de los daños está en el aprovechamiento ineficiente
del terreno, porque en lugar de construir de 150 a 170 viviendas por
hectárea, que es lo óptimo, nos quedamos en 50 o 70".
Otro de los problemas fue revelado por Jorge Luis González,
técnico en operaciones de la Unidad Empresarial de Base Acueducto
Holguín, al afirmar que está ocupada por viviendas ilegales un área
donde debe construirse un depósito, contemplado en los planes de
desarrollo para el suministro de agua a la ciudad.
"En las más recientes labores de rehabilitación de redes
encontramos un serio obstáculo por la anarquía con que fueron
ubicadas en las laderas de las elevaciones muchas casas, hoy
legalizadas. A muchos de esos lugares fue imposible llegar con los
equipos que hacen las zanjas por la irregularidad del terreno y las
calles estrechas y mal trazadas", recordó.
Granma lo constató en los recorridos realizados por la ciudad
de Holguín, ocasiones en las que también observó cómo improvisadas
chozas y sólidas viviendas parecen competir por escalar más alto en
las cuestas de la Loma de la Cruz y de otras elevaciones que rodean
esta capital provincial, amenazando con conquistarlas
definitivamente, como ocurrió en Los Guillenes, en el Consejo
Popular de Alcides Pino.
Ramón Vigueras Ochoa, inspector de Planificación Física, quien
realiza esa función desde 1980, cuando pertenecía a Control Urbano,
afirmó que entonces se operaba con mayor rigor. "Al mismo tiempo que
imponíamos las multas, actuaba una brigada de demolición amparada
por la legislación pertinente. Era una cuestión muy operativa para
restablecer el orden. Ahora está el Decreto-Ley 272 del 2001, que
establece multa, decomiso y demolición, pero se actúa con lentitud".
La responsable de los inspectores en esa instancia, Aminadad
Estévez Rodríguez, dijo que de los ocho considerados en la plantilla
solo disponen hoy de cinco para cubrir el municipio.
Al no actuar a tiempo, los violadores del orden se aprovechan y
hasta achacan su proceder a otros, como ocurrió recientemente en el
Consejo Popular de San Rafael, donde fue necesario demoler algunas
viviendas construidas en sitios inapropiados. "¿Por qué nos
permitieron levantarlas sin advertencia alguna?", repetían a modo de
argumento.
ESTRATEGIA Y POTENCIAL POR EXPLOTAR
El complejo panorama se atribuye al insuficiente control de las
áreas de las entidades que tienen tierras bajo su responsabilidad,
sobre todo la Agricultura; a la débil actuación de los cuerpos de
inspección (Planificación Física, Dirección de la Vivienda); así
como al movimiento de muchas personas en busca de mejoras
socioeconómicas y pocas acciones para resolver los problemas que eso
crea, significó Vitaliano González Reyes, presidente de la Asamblea
Municipal del Poder Popular, institución que también tiene el deber
de enfrentar y tratar de dar solución a estos fenómenos.
"En el municipio hoy tenemos identificados 37 barrios precarios,
muchos de ellos con décadas de creados. La estrategia actual
consiste en no permitir el levantamiento de otras viviendas y
reordenar lo que sea posible. Es un esfuerzo en el que debemos
marchar más unidos las estructuras del Gobierno, el Grupo de
Enfrentamiento a las Ilegalidades, los cuerpos impositores que suman
más de 25 en el municipio, los responsables de las tierras, los
grupos de trabajo comunitario de los Consejos Populares y las
organizaciones de masas".
Con este enfoque colectivo —cree este reportero—, es posible
poner fin a la situación descrita. La Agricultura, que hoy tiene a
su favor haber encontrado en la creación de las fincas forestales
integrales un recurso para evitar la ocupación arbitraria de sus
tierras, aún debe insistir para que los cuadros se involucren a
fondo en el asunto e interactúen con los demás organismos.
Es inadmisible que los delegados de Circunscripción o los
presidentes de los Consejos Populares aprueben o faciliten la
ocupación de un terreno sin la autorización de la entidad facultada.
Tampoco pueden dejarse llevar por la buena voluntad o
manifestaciones de populismo para solicitar —y lograr como ha
ocurrido más de una vez— que se extiendan las redes de acueducto o
se instalen metrocontadores de electricidad a las personas que
llegaron y levantaron por decisión y "leyes" propias sus viviendas.
RAZONABLE ALERTA
Este año la venta libre de materiales de la construcción
ascenderá a 40 000 000 de pesos en el municipio, y a la par de todos
los beneficios que reporta para quienes tienen sus permisos en
regla, podría estimular el mejoramiento de las precarias viviendas
levantadas ilegalmente o la ocupación de nuevos terrenos.
Al respecto, Miguel Céspedes Aguilera, jefe del Departamento de
Control Territorial en la Unidad Municipal de Inversiones de la
Vivienda (UMIV), puntualizó que la comercialización de materiales no
exime del cumplimiento de las regulaciones urbanísticas previstas en
la Resolución 11 del 2006, que rige la construcción de viviendas por
esfuerzo propio.
"Sin la debida licencia, siguen siendo ilegales las nuevas
construcciones, la ampliación de las existentes, su remodelación o
incremento y la división de áreas útiles", aclaró.
De cualquier forma, no se puede diluir la responsabilidad al
punto de percibir que los hechos siguen ocurriendo sin saber a
ciencia cierta quién debía detenerlos. Administrativamente, en cada
territorio hay personas encargadas de velar por que sean la
legalidad y la institucionalidad las que se extiendan, y no las
construcciones o asentamientos improvisados. |