El pueblo venezolano responderá con más unidad a las amenazas de
Estados Unidos, afirmó este viernes el primer vicepresidente de la
Asamblea Nacional, Aristóbulo Istúriz.
En declaraciones a Prensa Latina, el diputado socialista aseguró
que nadie debe extrañarse por el llamado del congresista republicano
Connie Mack a un embargo contra Venezuela y la inclusión en el
presupuesto norteamericano del año fiscal 2012 de un acápite para
destinar recursos a la desestabilización interna.
La agresividad de Washington no nos sorprende, ni las
declaraciones ni el financiamiento a la subversión. Sabemos por su
ejemplo y prestigio lo que representan la Revolución Bolivariana y
el liderazgo mundial de Hugo Chávez en la agenda imperial, apuntó en
esta capital.
Para Istúriz, la revolución iniciada en 1999 entró en un año
crucial de cara a las elecciones generales de diciembre del próximo
año, para las cuales Chávez ya confirmó su candidatura.
La amenaza imperialista, que no es nueva, con seguridad se
intensificará en ese contexto, y nuestra respuesta no es otra que la
movilización popular con cada vez mayor conciencia política, unidad
y patriotismo, expuso. De acuerdo con el dirigente, en la agenda de
la ultraderecha estadounidense está desacreditar a Venezuela para
sentarla en el banquillo de acusados y justificar acciones
posteriores.
Por eso lo más importante ahora es el pueblo en la calle
desmontando cada maniobra y cada mentira. De ahí las líneas
estrategias propuestas por el presidente Chávez, comentó a Prensa
Latina.
Istúriz destacó las directivas, actualmente sometidas a discusión
en la sociedad, entre las cuales sobresale la conformación a
mediados de año de un Polo Patriótico para integrar a las fuerzas y
sectores defensores del proceso revolucionario.
El llamado a bloquear a Venezuela por el presidente de la
subcomisión para el hemisferio occidental en la Cámara de
Representantes y el presupuesto para la desestabilización interna
siguen a hechos acontecidos en la segunda mitad de 2010 que
demuestran la escalada contra Caracas.
Declaraciones de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, los
señalamientos de supuesta baja moral en las Fuerzas Armadas
Bolivarianas realizadas por el embajador designado Larry Palmer y la
organización de un foro en el Capitolio que calificó a Venezuela de
amenaza regional constituyeron evidencias de esa política.