CIENFUEGOS.—
Para muchos, uno de los mejores peloteros de la Perla del Sur es
Yasiel Puig Valdés, quien lleva al dorso de su camisa el número 14.
Este fornido jugador de un metro con 86 centímetros de estatura,
83 kilogramos de peso y solo 21 años de edad, se ha granjeado la
simpatía de los amantes del béisbol por su explosividad en el jardín
central.
¿Por qué el número 14?
Siempre quise ser el 32, como lo llevó ese grande que fue Víctor
Mesa, pero, ¿quién se lo quitaba a Norberto González? Luego opté por
el 14, distintivo de otro de los grandes: Luis Giraldo Casanova. Con
ese número participé en el Mundial Juvenil de Canadá 2008, donde me
seleccionaron en el Todos Estrellas.
¿De dónde le viene la casta al galgo?
Chico, esto lo he explicado otras veces. Mi papá dice que jugaba
pelota cuando chiquito, no me consta. Ahora, la velocidad sí puedo
asegurarte que la heredé de mi madre, que practicó el campo y pista.
También mi hermana, con 15 años, estudia en la EIDE y ya tiene tres
medallas ganadas en atletismo. Yo comencé a jugar béisbol con nueve
años de edad en el batey del central Elpidio Gómez, en Palmira,
donde nací y me crié; más tarde participé en varios campeonatos en
la Liga Azucarera como receptor.
A propósito de Víctor Mesa, hay quienes te comparan con él¼
Eso halaga mucho y me llena de orgullo. El "Loco", como
cariñosamente lo conoce la afición, fue un pelotero completo, por
eso considero que todavía me falta para ser un digno heredero de ese
prestigio. Es verdad que, como lo hacía Víctor, me agrada convertir
en fáciles los batazos.
¿Quisieras cubrir por el jardín central?
Defender esa posición me permite mayor desplazamiento hacia los
laterales, y eso me hace sentir bien. Los otros dos jardines me
quedan cortos.
¿En qué piensas cuando estás en el cajón de bateo?
En mi equipo de los Elefantes; también pienso en mí, pero resulta
que lo individual también forma parte de ese todo que es el
colectivo. Y si, además, el estadio se embulla y ovaciona, mejor.
¿Piensas que te falta algo como pelotero?
Me faltaba disciplina, y gracias a la exigencia de la dirección
del equipo, en especial de Iday Abreu, he ido dejando atrás ese
problema.
¿Metas para el año?
Terminar la Serie Nacional con un buen average... y, ¿por qué
no?, luchar por algún liderazgo, ya sea en bases robadas o en
triples conectados. Y si me lo gano, una aspiración mayor es
integrar algunas de las preselecciones para defender los colores de
mi Patria en cualquier evento internacional.