La educación económica, la disciplina laboral, la conciencia y la
cultura de productores, continuarán siendo en el futuro propósitos
cardinales de la educación ideológica, vinculados a la firme
convicción de que el progreso y el bienestar futuros dependen de
nuestro talento, nuestro sacrificio y nuestro sudor.
Fidel, 4 de febrero de 1986