Como en el resto de Haití, aquí el servicio eléctrico es muy
limitado, los que tienen algún recurso utilizan pequeños generadores
para tener corriente por unas horas.
Fundada en 1760, y capital del departamento montañoso de la
Grand'Anse, Jérémie es la villa más importante de la región suroeste
de este atribulado país. Algunos estimados sitúan su población en
más de 100 000 habitantes contando todas sus secciones comunales.
En las calles se percibe su historia en los edificios coloniales
franceses de la urbe, la mayoría descoloridos y ajados por el paso
del tiempo y la falta de reparación.
Como toda ciudad costera lleva la impronta bucólica de su
cercanía al mar, reforzada por la desembocadura en sus límites del
río Grand’Anse, agraciando el verdor de una exuberante floresta
tropical circundante.
Sus vías asfaltadas se ven bastante limpias, mientras sus
humildes pobladores son tranquilos y amistosos.
Esta ciudad tiene entre sus joyas arquitectónicas la hermosa
Catedral de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, caracterizada
por el rojo vino de sus muros exteriores.
También los lugareños atesoran con particular orgullo las huellas
dejadas en la villa por los célebres escritores franceses Alexandre
Dumas padre (1802-1870), descendiente de un noble francés y una
negra haitiana, y de su hijo de igual nombre y linaje literario
Alexandre Dumas (1824 -1895).
La memoria de ambos novelistas es consagrada en la plaza que
lleva su nombre, ubicada frente a la Catedral, y restaurada en el
2003.
Este elemento refuerza el hecho de que Jérémie sea conocida como
la "Ciudad de los poetas" por los numerosos bardos, escritores e
historiadores nacidos en ese pedazo de Haití, entre los que
sobresale Paul Laraque (1920-2006), cuyo cuaderno Les Armes
obtuvo el Premio Casas de las Américas, en el apartado de literatura
caribeña en francés o creole en 1979. Él tuvo amistad con nuestro
poeta nacional Nicolás Guillen.
El precario puerto de Jérémie trasiega pasajeros y mercancías con
la capital haitiana, de la cual se nutre su caótica marché
(mercado informal), ubicada en el norte de la ciudad, en tanto
dispone del quinto aeropuerto en tráfico de pasajeros del país,
empleado fundamentalmente para rutas y vuelos chárter regionales.
A plena luz del día y de cerca, en Jérémie la pobreza no golpea
tan brutalmente como en la devastada Puerto Príncipe, pero hay
miseria.
Duele observar a una embarazada desaliñada, varios niños y a una
anciana, en pésimas condiciones higiénicas pidiendo desesperadamente
en la calle algunos gourdes (la moneda haitiana) con que
mitigar su insultante desamparo.
Ese panorama es la muestra de lo expresado por el compañero Fidel
en su Reflexión Nada se puede improvisar en Haití: los
haitianos no fueron los culpables de su actual pobreza, sino las
víctimas de un sistema impuesto al mundo. No inventaron el
colonialismo, el capitalismo, el imperialismo, el intercambio
desigual, el neoliberalismo ni las formas de explotación y saqueo
que han imperado en el planeta durante los últimos 200 años.
También en Jérémie ha estado presente la solidaridad cubana. El
doctor Jorge Luis Colombé, al frente de nuestros colaboradores
sanitarios en la Grand’Anse, señala que en el hospital departamental
de Saint Antoine de Jérémie nuestros cooperantes sanitarios
efectuaron durante el pasado año casi 22 000 consultas médicas,
practicaron más de 300 partos y realizaron una cifra superior a las
1 000 cirugías mayores y menores en las especialidades de ortopedia,
obstetricia y ginecología.