Es frecuente todavía encontrar militantes, incluso con
responsabilidades como dirigentes, que entienden la crítica y la
autocrítica en un plano puramente teórico, totalmente desvinculadas
de la práctica concreta, de su actuación personal, ligadas con los
defectos de los demás, pero no con los propios. Hay que combatir
tales actitudes, con toda energía y valentía sobre una base de
principios...
Fidel, 4 de febrero de 1986