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Autoridades bolivianas evalúan hoy la posibilidad de trasladar a 15
mil mineros asentados en las cercanías del Cerro Rico de Potosí,
ante el derrumbe de la cima de la montaña más célebre de los Andes.
La comisión estatal está encabezada por los ministros de Minería
y Metalurgia, José Pimentel, y de Cultura, Zulma Yugar, quienes
inspeccionarán el área, donde la extracción minera siguió desde los
tiempos de la dominación colonial española y con iguales técnicas de
explotación.
El gobernador de Potosí, Félix Gonzáles, explicó a la Agencia
Boliviana de Información que juntos analizarán posibles soluciones a
la situación, aunque reconoció que es complejo, el cerro está
totalmente fraccionado y en cualquier momento puede producirse un
mayor hundimiento".
En las inspecciones participarán también dirigentes de la
Federación de Cooperativas Mineras (Fedecomin), añadió la autoridad
local y alertó de que todo esto implica un grave problema social.
Son 15 mil mineros los que trabajan en el cerro, por lo que se
buscarán soluciones en base al diálogo, aseguró.
Informes dan cuenta de que el derrumbe provocó la apertura de un
cráter de 17 metros de diámetro y 22 de profundidad en plena cima
del cerro, lo que acabó con su espectacular forma cónica.
Por ello, las autoridades centrales y locales procuran vías para
evitar el desplome total del Cerro Rico de Potosí o Sumaj Orcko,
declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)
en 1987.
El importante reservorio de plata ganó fama mundial desde el
decimosexto siglo por la riqueza que, desde sus entrañas, sirvió
para apuntalar el imperio colonial español y hasta para saciar la
avaricia de quienes decidieron asentarse en esa región boliviana.